(Tomás Mercante)
Márgenes estrechos
para la acción productiva,
las condiciones de
producción
están sujetas a la
inversión, que oscila
entre la producción
y la especulación,
según los márgenes
de utilidad.
El sujeto oscila
entre la decepción y la repetición:
la resignación
aparece como una opción segura
entre las
repeticiones productivas, que tienden
a la reproducción.
Ya no es tiempo de
definiciones,
no hay nada definido
que no pueda repetirse.
El Sujeto no tiene
qué esperar; después del suicidio
del hombre nuevo, no
se puede confiar en la Historia
ni pensar en cambiar
el mundo.
El mundo cambió, el
Sujeto Histórico es parte del
pasado. Pero no se
puede dejar de producir,
se producen hechos,
objetos de interpretaciones
que darán lugar a
otros hechos, a ser interpretados.
No podemos dejar de
producir historia, mientras
producimos nuevas
especulaciones en busca de
la interpretación
correcta.
Hay un margen, para
quienes no aceptan el sentido
productivo y su
dirección histórica.
Hay nichos de
pertenencia, realidades paralelas
para quienes no
comparten, ocupaciones marginales,
excesos de la
repetición indefinida, cuya continuidad
contempla un margen
de error.