(Por Tomás Mercante)
Escribir es humano.
Escribir poemas, es más humano
El poema, es escritura descendente
-los humanos somos una especie que
desciende-
-los humanos somos una especie que
desciende-
Escribir un buen poema, es rozar
los límites de lo humano.
"Esta noche desciendo del caballo",
escribió César Vallejo.
(Vallejo es un poeta americano
pero
pero
Vallejo es el poeta
americano)
El
caballo no es americano, era
desconocido
por los nativos,
que
aún ignoraban que eran
americanos)
Esta
noche desciendo del caballo,
escribió
Vallejo, que aunque después
escribió
Poemas Humanos,
no dejó
descendencia:
nunca nadie escribió
como
él -aunque muchos se inspiraran
en
él-
Es
humano inspirarse en otros poetas,
como
lo es inspirarse en cualquier cosa.
Los
poetas casi nunca se ponen de acuerdo.
Hacen
bien: si todos eligieran los mismos
motivos
de inspiración, el resultado
sería
tedioso...
La
poesía es tediosa -como sabemos- para
la
inmensa mayoría de los lectores: no suelen
leer
poemas, consumen otras cosas, la poesía
no
se consume.
Hay
pocos poetas que se reconozcan como
tales,
pero hay mucho material poético, mucha
poesía
acumulada y su volumen crece sin pausa,
mientras
se reduce la población de lectores de
poemas.
Se produce más de lo que se consume:
Una
relación asimétrica.
Las
relaciones asimétricas, como los poemas,
son
creaciones humanas -como otras religiones
que
podemos profesar-
Cada
poeta tiene sus deidades:
Cuando
Darío era Dios, Vallejo advirtió
que
lo superaría. Luego, como buen ateo,
habló
de dios: “Yo nací un día que dios
estuvo
enfermo...”
Cada
poeta tiene sus deidades, sus
pecados
y su cárcel: Vallejo estuvo
enfermo..,
también estuvo preso, pero
no
escribió: “La ergástula es obscura”
sino:
“OH
LAS CUATRO paredes de la celda
Ah
las cuatro paredes albicantes
que
sin remedio dan al mismo número.”
Y
escribió:
“En
la celda, en lo sólido,
también
se acurrucan los rincones”
(Tenía
cierta predilección por los rincones:
“En
el rincón aquel, donde dormimos juntos
tantas
noches, ahora me he sentado
a
caminar”)
-Hay
cosas que sólo puede hacer un poeta:
el
caballo puede andar al paso, al trote ó al
galope,
el hombre sólo corre detrás de la
ambición
que no descansa, siguiendo su destino.
El
poeta desciende del caballo, y aún
arrinconado,
se sienta a caminar
y
vuela,
por
encima de hombres, bestias y deidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario