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sábado, 26 de diciembre de 2020

El sapo y la plena ocupación

 

(Ricardo Mansoler)

 

No puedo agazaparme,
pensaba el sapo de otro pozo
en pleno uso de sus capacidades
adquiridas, heredadas, dadas.

Dado un pozo, el sapo
lo ocupa, si cabe.

El sapo no cava: no tiene uñas
ni dientes, ni recursos para producir
cavidades.   Tiene manos, pero no
puede agarrar la pala, cavar, ni hacer
cavar  (aunque pueda abrazar mejores
causas)

¿Cantan?

En tal caso, se trata de un canto repetitivo,
que no evoluciona.  En tantas generaciones
no han sabido desarrollar cantos al trabajo,
cantos ceremoniales, cantos de vida y
esperanza, cantos sacramenticios, ni un
canto castrato o un mísero canto a mi mismo.

Tampoco supieron crear riqueza,
teniendo manos tan parecidas a las nuestras
y ni siquiera las aprovechan para la
autoayuda, algo que nosotros venimos practicando
desde antes de saber que éramos monos.

¿Qué produce el sapo?

Sólo un rechazo irracional
entre los seres racionales…

Dado un sapo, agazapado
o en vísperas de agazaparse,
el observador puede persignarse, elevar una
oración, o más  (por si fracasa ésta)
o puede ignorarlo, ningunearlo
y concentrarse en un pensamiento positivo,
o pos positivo, hasta salir del pozo depresivo.


Todo sapo, como es sabido, puede encubrir
a un príncipe, o a una princesa que espera
a que sea pronunciada la palabra mágica
que romperá el hechizo.

Pero  ¿a quién le será revelada esa palabra?

El observador genérico no tiene respuesta,
el sapo es criatura misteriosa:  Es poco
lo que se sabe del sapo, la sapiencia acumulada
y el conocimiento compartido como especie
superior, nos resulta insuficiente para considerarlo
un prójimo, mucho menos un semejante.

Se sabe poco del sapo genérico, y aún menos
de este sapo de otro pozo.

Pero menor es la certeza respecto del pozo:
¿Será éste, pozo de otro sapo?
¿Dónde reposa la certeza?  ¿en el pozo?
¿en el sapo que no sabe que no le pertenece?

El sapo no sabe que hay que pertenecer,
el sapo no duda de su sapiencia
y sólo piensa:  No puedo agazaparme

(El sapo sólo piensa en primera persona,
como yo.  No piensa en otras ni en otros.
No piensa en el Otro y su propiedad.
No se reconoce ajeno y se autoriza a sí mismo:
 “Soy yo, y es ahora” , piensa en primera persona)

Bien puedo pernoctar en este pozo,
es posible reposar en este pozo.

No hay contradicción entre pensamiento y acción,
todo lo pensable, es también posible,  piensa el sapo
en estado de reposo   (agazapado en pozo ajeno )
sin culpa ni pecado, con el alma empozada
en  su propio pensamiento:  El sapo sólo piensa en
primera persona, no sabe agazaparse en otras.


sábado, 19 de diciembre de 2020

El desafío de aceptar

 

(Asensio Escalante)

                                                   “Nos leen, Nelson,
                                                    señal que somos leidos”



Sólo pienso lo que debo
oí decir a un librepensador reconocido.

Se debe pensar sólo lo indispensable
para no dilapidar la vida en ejercicios vanos.

La práctica de la virtud, no requiere
mayor elaboración teórica.

El goce de la crítica
nos aleja de operatividad funcional
del sujeto simple, dado a aceptar sin prejuicios
lo que la realidad le ofrece, desde su propia
condición:  dador o receptor,
según las circunstancias.

Dar y recibir
son verbos que se adaptan
a todas las funciones de cualquier sujeto.

Dar y recibir,
los verbos primordiales
que expresan la libertad del individuo.

Incorporar y emitir, agregar y descartar,
tomar y desechar, son las únicas funciones
del sujeto metabólico.

La vida útil de los verbos
está acotada por la continuidad del goce
de sus propiedades.

Gozamos de la capacidad de proyectar a futuro.
Es más fácil aceptar un futuro incierto
que reconocer un pasado dudoso.

El verbo aceptar, ofrece más oportunidades
a corto y mediano plazo, y optimiza la función
del verbo ser, como auxiliar para ser aceptado.
El ejercicio, la práctica metódica de la aceptación,
libera de tensiones y conflictos al alma productiva
o positiva.

"Lo que aceptas te transforma, 

lo que niegas te somete"

Aceptar prolonga la vida.


No hace falta pensar mucho para aceptar:

Pensalo, si sos capaz de aceptar 

el desafío.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

La evolución del poema

 

(Horacio Ruminal)

 

Hay que cuidar el producto

El poema producto
reconoce su deuda epistémica
con la evolución

La palabra
es producto de la evolución

La palabra producto
registra una evolución
tanto como la palabra
evolución

La lengua es un organismo vivo,
dinámico y emprendedor,
un metabolismo en constante
evolución

(Hoy oímos con naturalidad, hablar de
la evolución de la leche,
la evolución de la carne,
la evolución del combustible fósil.

Mientras cursamos nuestra propia combustión
con una mirada evolutiva
Gracias a la publicidad,
los significantes desarrollan nuevas prestaciones
y aplicaciones

La evolución, hace que aceptemos acepciones
que antes hubieran sido inaceptables:  
la naturaleza expansiva de las acepciones
parece no tener límites,
con lo cual,  la diversidad de significantes
pronto perderá sentido   ¿para qué tantas voces
si una palabra puede significarlo todo?)


Este poema, asume su huella evolutiva
y su carga de futuro

Este poema contiene milenios de historia
evolutiva, pero trabaja con ideas disruptivas,
escalables, replicables, sustentables,
refutables  y  perfectamente
degradables.

El poema producto
sabe que debe responder a las necesidades
de un mercado en continua evolución:

No podemos escribir el mismo poema que ayer.



Este poema contiene tecnología de punta,
procede de la punta roma
de un bolígrafo chino.


 

lunes, 30 de noviembre de 2020

Descartan cualquier ventaja de la vida inteligente

(Carlos Inquilino)


“Los inteligentes buscan soluciones,
  los inútiles buscan culpables”

No seas inútil,
vos también podés sentirte útil
(Ser es sentir, los sentidos son
instrumentos del conocimiento)

El autoconocimiento es un arma
para vencer obstáculos, superar las crisis,
alcanzar metas y enfrentar la lucha por
la vida, la lucha contra el prójimo,
con una actitud positiva y
renovado optimismo.

La utilidad está en vos,
hay que extraerla,  y gestionarla
de un modo provechoso, productivo,
positivo, es decir:  útil.

El autoconocimiento te brinda herramientas
para extraer tus propios recursos y optimizar tu utilidad.

“Los inteligentes buscan soluciones,
  los inútiles buscan culpables”

Reconocerse inútil
es más útil que buscar culpables.
Nadie está libre de culpas:
Provenimos de la culpa concurrente,
hemos creado religiones
que inventaron la culpa,
y vieron que era útil.

Pero no es común que alguien
se reconozca inútil:  Hay que ser
inteligente.

En condiciones normales
todos disponemos de una utilidad potencial
y de alguna residual.
Pero no solemos aprovechar más
que una parte menor de la primera,
por lo que dependemos de la segunda.

Aprendé a conocer y reconocer tus propios
límites  (los límites son útiles, más que el
conocimiento, que es siempre limitado)

Nadie nace sabiendo, se conoce.
Cuando nacemos, somos perfectamente inútiles,
dependemos de otros: hasta para nacer
dependemos de otros.
A partir de allí, nos familiarizamos con la
dependencia y la utilidad: dos condiciones
para el desarrollo de un metabolismo sano,
necesario para el armado de una personalidad
sustentable, que nos integre al mundo productivo
como unidades de producción, capaces de sumar,
crecer, agregar valor e incrementar su rendimiento.

No te rindas.

viernes, 25 de septiembre de 2020

El hombre nuevo y la Oportunidad

 

 (Tomás Mercante)



La vida se descompone

en unas pocas actividades esenciales

llamadas funciones:


respirar, comer, dormir, evacuar

y reproducir

esta secuencia hasta que sea posible.


La vida se descompone

por necesidad


No es necesario aceptar nada, ni

buscar verdades ni emitir preguntas

o poemas que pregunten

¿qué es la vida, un frenesí?

Para mantener el estado vital en sí..


Basta con

respirar, comer, dormir, evacuar

y reproducir

esta secuencia hasta que sea posible.


La vida se descompone

mientras se busca una metáfora, un

aliciente, un verbo, una definición precisa,

mientras aumenta a un ritmo sostenido

el costo de la vida


La vida se descompone,

no conviene desperdiciarla

en esos trámites, puede que no

haya otra oportunidad:


La vida se descompone

en unas pocas actividades esenciales

llamadas funciones: 

 

respirar, comer, dormir, evacuar

y reproducir

esta secuencia hasta que sea posible.

 


Hay que ser funcional, aceptar

y compartir la propia descomposición 

con naturalidad, y mostrarse disponible.


La vida se divide:  

activos y pasivos,

vida útil y vida residual.

Las pasiones pasan, las funciones declinan,

la descomposición no descansa.

 

 

Encontrá tu verdadera alegría interna:

La vida se descompone en oportunidades.




 En   Poemas compostables 


sábado, 6 de junio de 2020

El Poema sin título


(Ricardo Mansoler)



¿Se puede escribir poemas sin título?
Sí, se puede. Todos podemos, hay suficiente prueba.
 
¿Se debe considerar una omisión?
¿Está completo, el poema que contiene esa falta?
 
¿El título, es parte del poema o, en un sentido inverso,
éste es solo una prolongación de aquel?
 
¿Se debe leer la falta como significante?
 
¿Qué es primero, el poema o el título?
¿Quién sabe?
¿Quién oyó?
 
Yo: Las dos opciones son posibles.

Partir de un título no es una ventaja:
Si estuviera logrado, al concentrar un interés desmesurado
o excesivo, será difícil que el texto que lo acompaña
consiga mantenerlo.

Aunque hay quienes sostienen que un buen título justifica cualquier poema.

Un poeta que conozco me confiesa: "Tengo una lista de títulos 
de condición superior, cuyo desarrollo poético
nunca me deja satisfecho. 

Pero no me resigno, por el contrario, sé que no es tarea fácil 
para el humilde mamífero que suscribe
y agradezco esta acumulación, que me asegura 
años de trabajo. 

Por lo demás, esos ensayos no son necesariamente poemas 
truncos o materia descartable, y pueden tener alguna 
oportunidad bajo otro título".
 

Hay autores que emiten una serie de poemas 
con el mismo título.  A veces numeran, otras no. 
Y hay quien edifica toda su obra con un título, 
podría citar.

Un buen título, es inagotable, es posible aventurar, así como 
una buena pregunta sobrevive a todas las respuestas, 
o acaso las contiene. 

Pero hay que ser cautos en cuestiones filosóficas, 
la poesía y la filosofía fueron separadas hace siglos… 

No sé si fue una decisión acertada.

Un título, es siempre el fruto de una decisión. La falta de 
decisión puede dar lugar al poema acéfalo, aunque 
también ésto requiere una decisión.

¿Somos lo que decidimos?
No todos tenemos capacidad de decisión. 
Mucho menos, de tomar buenas decisiones. 
Luego, la posesión de una capacidad, no es mérito
ni garantía de nada.

Recapacitemos:
La capacitación puede ser un camino sin retorno.
No hay motivos para capacitarse.

No es necesario capacitarse
para escribir poemas
con o sin título.

Aunque hay que capacitarse para obtener
un título:  Un título puede ser un arma
en la vida, un buen título puede salvar,
justificar un poema vacilante.

Yo:  hombre sin atributos y sin títulos,
soy capaz de vacilar
y dedicar más tiempo al título
que al poema, confieso sin vacilar.

¿Una buena inversión?

El poema no ofrece una respuesta taxativa,
pero puede vacilar en modo infinitivo,
y redoblar la apuesta  invirtiendo los términos
de la pregunta inicial:
 
¿Se puede escribir títulos sin poema?
 
Sí, se puede, y es acaso más difícil, 
por eso hay más poemas sin título 
que títulos vacantes... 




 
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