Translate

domingo, 29 de marzo de 2015

Realidad y conciencia

(Senecio Losermann)



La emisión de realidad

no puede detenerse.


Condenados a emitir -una

vez emitidos- nada interrumpirá

la cadena de  emisiones.


Conocemos la necesidad

de entablar:  un pensamiento

sucede a otro en el continuo fluir

de la conciencia (unos 60.000

pensamientos por día -las cifras

nocturnas son obscuras-  la mayoría

irrelevantes)


La conciencia nos incorpora al

mundo real donde todo es

verificable (a diferencia del

mundo sensible)


Somos parte de otra conciencia:

la colectiva, una supraconciencia

que nos limita y nos excede.


Todas nuestras emisiones

están contaminadas por necesidad.

Hay necesidad consciente e 

inconsciente; aspiramos a la expansión

de la conciencia -somos producto de

una historia expansiva. Podemos aceptar

y compartir, ó discrepar y disentir, según

el juicio propio de cada conciencia.


Pero la conciencia se crea desde afuera:

Sólo nos define aquello que nos diferencia

(y las diferencias son siempre sospechosas;

los diferentes nunca están libres de sospecha)


jueves, 12 de marzo de 2015

Animales dudosos

(Tomás Lovano)

                 

Los animales nos hacen más humanos,

dicen.  Yo dudaría    -dudar acaso sea

lo más humano que se pueda hacer-



No tengo dudas:  no siento necesidad

de hacerme más humano.



Como animal, no estoy dispuesto 

a prestar ningún servicio a otros

animales de condición dudosa.



Como humano, no aspiro a más;

procuro sostener con humildad la

contradicción interna y natural

que me sustenta.



Los humanos no solemos ser humildes

ni reconocernos animales -calificar de

animal a un humano es humillarlo-

aunque ostentamos un metabolismo

altamente desarrollado:  metabolizamos

casi todo y nos pretendemos omnívoros.


Es más lo que nos separa que lo que nos

une al reino animal, hubimos decidido.

Pero ¿es un reino? ¿somos reyes?

¿deberíamos abdicar?


Para algunos, el elemento humano por

antonomasia es la conciencia: podemos

discrepar, podemos discernir, podemos

dividir y clasificar: 

hay animales y animales, algunos más

cercanos, casi prójimos.



Yo dudaría: Más que la conciencia, creo

que lo distintivo de la especie, lo más

humano que poseemos es la contradicción:



somos animales que renegamos de serlo,

somos algo que no queremos ser; nos

pretendemos superiores y sentimos exceder

la mera condición animal, pero nos complace

relacionarnos con ciertos animales, convivir

con ellos, “humanizarlos” para adaptarlos

a nuestras necesidades humanas  -la adaptación

es humana-  y confirmar,  y confirmarnos:

los animales nos hacen más humanos.



 
Licencia Creative Commons
http//ahoraqueestasausente.blogspot.com se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.