(Senecio Losermann)
La emisión de
realidad
no puede detenerse.
Condenados a emitir
-una
vez emitidos- nada
interrumpirá
la cadena de emisiones.
Conocemos la
necesidad
de entablar: un
pensamiento
sucede a otro en el
continuo fluir
de la conciencia
(unos 60.000
pensamientos por día
-las cifras
nocturnas son obscuras- la mayoría
irrelevantes)
irrelevantes)
La conciencia nos
incorpora al
mundo real donde
todo es
verificable (a
diferencia del
mundo sensible)
Somos parte de otra
conciencia:
la colectiva, una
supraconciencia
que nos limita y nos
excede.
Todas nuestras
emisiones
están contaminadas
por necesidad.
Hay necesidad
consciente e
inconsciente;
aspiramos a la expansión
de la conciencia
-somos producto de
una historia
expansiva. Podemos aceptar
y compartir, ó
discrepar y disentir, según
el juicio propio de
cada conciencia.
Pero la conciencia
se crea desde afuera:
Sólo nos define
aquello que nos diferencia
(y las diferencias
son siempre sospechosas;
los diferentes nunca están libres de sospecha)
los diferentes nunca están libres de sospecha)
No hay comentarios:
Publicar un comentario