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lunes, 31 de octubre de 2016

El placer acotado

(Onésimo Evans)


Los placeres son cortos,
leo en un poema corto.

Corto. Tengo suficiente:

La voluntad declina,
la pasión se apaga o
se disipa.

A cierta altura, sólo se puede
leer poemas cortos:
es difícil que alguno pueda
justificar su longitud ¿cuántas
líneas requiere la eficacia de
un poema? ¿cuántas palabras
necesita un hombre para lograr
el poema justo?

Los placeres son cortos,
el poema debe ser acotado
tanto a la necesidad y al interés
del lector como a su capacidad
de atención y concentración:

El poema debe adoptar
una disposición y un volumen
amigables a las condiciones de
su destinatario -todo poema
necesita un destinatario, para tener
un destino más o menos poético-

El lector moderno tiene poco tiempo,
y el emisor debe ajustarse a las
condiciones objetivas: el tiempo
apremia, el lector de poemas huye
de la extensión, busca intensidad,
resoluciones inmediatas, satisfacción
instantánea. No puede demorarse,
no puede distraerse.

Versos breves  -no más de siete
sílabas-  pocas líneas,  no hay
mucho para decir que no haya sido
dicho -probablemente con mejor
fortuna-

El poema, sabe que debe competir,
no sólo con otros poemas: abundan
estímulos diversos que tientan al lector
potencial prometiendo algún placer
efímero -los placeres son cortos-

Versos cortos y pocos,
la reducción suma a la condición
poética, tanto como a la aptitud
competitiva del poema:

Los placeres son cortos,
los pesares son largos...


miércoles, 26 de octubre de 2016

Ritmo armónico

(Carlos Inquilino)



Arma tu ritmo
con tus propias armas
-hay armas nobles, innobles,
genuinas y dudosas-

Al ritmo no le importa
la calidad de las armas:
el ritmo no tiene ética,
el ritmo es movimiento,
energía cinética.

Al ritmo sólo hay que sostenerlo:
sostener un ritmo es una buena
decisión: decidir medir, obedecer
una medida dada -hay que darse
al amor-

Ama tu ritmo,
el amor y el ritmo son cuestión
de tiempo; no hay tiempo sin
medida.

Hay tiempos fuertes y débiles,
simples y compuestos: hay
contratiempos.

El ritmo se compone:
hay ritmos binarios y ternarios,
hay un ritmo biológico y un ritmo
ontológico, un ritmo cronológico
y un ritmo patológico: todos
requieren obediencia, sumisión

-No sé si tengo una misión, pero
pero tengo ritmo-

El ritmo es la base de todo:

Sin ritmo, de poco sirve la armonía.
El ritmo es anterior a la armonía
y a la palabra ritmo.

El ritmo es un lenguaje en sí mismo
que antecede a todos los lenguajes.

El ritmo tiene un origen
que se desconoce, pero
tenemos al menos dos certezas:


El ritmo no es algo que pueda
ser definido  (hubo quienes lo
intentaron, sin éxito:  no hay
una definición definitiva)

Dos:  

El ritmo no tiene

fin.








domingo, 16 de octubre de 2016

Altibajos

(Ricardo Mansoler)



Hay altibajos,
en la obra de cualquier autor,
en la experiencia de escribir
se asciende y se desciende, hay
altibajos dentro del poema:
momentos de cierta lucidez,
y puntos obscuros.

Hay poetas que se encomiendan a los dioses.
Hay poetas que invocan a las musas.
No hay poetas que convoquen a las masas.

El poeta no puede ser masivo
ni aspirar a más: es un sujeto.

Puede elevarse y observar,
desde una altura saludable
su propio abismo: lo inexpresable
es el faro que atrae a los poetas
como canto de sirenas (la atracción
del agujero negro)

El poeta puede hundirse
o elevarse, sublevarse y pronunciarse
en cualquiera de los sentidos conocidos.

Puede ser claro u obscuro,
hay clarobscuros
y grises de distinta intensidad.

El poeta -hay altibajos-
es siempre una contradicción
irreductible: es un sujeto.

No puede atribuirse otra representación
que la propia, lo que no es poco ni es sencillo:

En los tiempos que corren
cada vez cuesta más mantener
un pensamiento propio.



lunes, 10 de octubre de 2016

Experiencias

(Ricardo Mansoler)



La muerte del autor, escribía Barthes.
Todo autor está muerto, confirmaba Agamben.

Autores vivos y muertos
discurren sobre el tema con mayor
o menor autoridad: nadie puede permanecer
ajeno, nos incumbe a todos y nunca pierde
vigencia; sigue siendo algo misterioso, y
a la vez, la única certeza de la vida.

Los poetas siempre se ocuparon de la muerte,
uno de los temas centrales de la poesía,
junto al amor y la guerra.

Cinco décadas de poemas, reza el título
de una nota que acabo de leer, presentando
dos textos de un poeta: Un buen poeta,
puedo afirmar desde mi juicio subjetivo;
entre los dos poemas me gustó el segundo.

Sin embargo, más allá de la calidad poética,
no puedo dejar de detenerme en las dos
últimas palabras de la nota que lo presenta:
Muerto recientemente.

Pareciera que la muerte reciente del autor
sumara un atractivo extra, exterior
a los poemas.

La primicia de la muerte como un valor
agregado: no será lo mismo para el lector
la experiencia de la lectura con un autor
muerto hace diez, veinte o cien años,
que la de alguien que acaba de morir, que
hasta hace días era uno de los nuestros
(o uno de nosotros)

Muerto recientemente: Hay autores que sólo
son reconocidos o valorados después de
muertos; otros no: ni antes ni después.
Pero hay algo morboso en esa atracción
que yace en la proximidad de la muerte
"La tumba es todavía /  un sexo de mujer
que atrae al hombre" concluía un poema
de... (No importa el autor, está muerto) 

Cuando murió Borges, aumentó la venta
de sus libros. Lo mismo había ocurrido
antes con Cortázar. ¿Algo alteró en ellos
la experiencia de la muerte del autor?

La experiencia,  así se titula el segundo
de estos dos poemas   -un poema sobre
la muerte.



 
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