(Ricardo Mansoler)
Hay altibajos,
en la obra de
cualquier autor,
en la experiencia de
escribir
se asciende y se
desciende, hay
altibajos dentro del
poema:
momentos de cierta
lucidez,
y puntos obscuros.
Hay poetas que se
encomiendan a los dioses.
Hay poetas que
invocan a las musas.
No hay poetas que
convoquen a las masas.
El poeta no puede
ser masivo
ni aspirar a más:
es un sujeto.
Puede elevarse y
observar,
desde una altura
saludable
su propio abismo:
lo inexpresable
es el faro que atrae
a los poetas
como canto de
sirenas (la atracción
del agujero negro)
El poeta puede
hundirse
o elevarse, sublevarse y
pronunciarse
en cualquiera de los
sentidos conocidos.
Puede ser claro u
obscuro,
hay clarobscuros
y grises de distinta
intensidad.
El poeta -hay
altibajos-
es siempre una
contradicción
irreductible: es
un sujeto.
No puede atribuirse
otra representación
que la propia, lo que
no es poco ni es sencillo:
En los tiempos que
corren
cada vez cuesta más
mantener
un pensamiento
propio.
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