(Epifanio Webber)
Dícese que la vida
es acción,
una reducción que
no todos compartimos
(Aunque la reducción
es una acción vital:
sin ella no hay
representación, luego no
hay lenguaje, y sin
lenguaje no hay sujeto)
Algunos especulan
que la vida es pura reducción
-otros la reducen a la acción especulativa-
-otros la reducen a la acción especulativa-
pero
esta reducción es incompleta:
no contempla la
pasión, un signo vital que
puede permanecer
irreductible, como tampoco
un hecho histórico
que es capital en organismos
altamente
diferenciados y sujetos:
la acumulación (la
mayoría de nuestras acciones
son respuestas a
otras, son reacciones. Y sólo
somos capaces de
reacciones adecuadas gracias
a la experiencia
acumulada)
Se habla de “entrar
en acción” o de “pasar a la acción”
pero nunca de “pasar
a la inacción”, lo que significa
que la acción no es
algo natural.
Tampoco: “pasar a
la pasión”, una expresión de mayor
pretensión poética
pero que resuelve en contradicción:
el tiempo siempre
pasa, pero la pasión resiste, aún
en el caso de la llamada pasión dudosa.
en el caso de la llamada pasión dudosa.
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