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miércoles, 28 de diciembre de 2016

Sentido del deber

(Abel A. Borda)



No todos queremos ser libres,
la mayoría no: nos conformamos
con algunas libertades,
la libertad tiene un precio;
siempre hay que pagar,
para participar, para observar, para
esperar afuera. Se paga la comodidad
y se paga el desapego, se paga todo el
tiempo, se paga con el cuerpo.

Hay cuerpos que deben
todo lo que son
(si el volumen de la deuda coincide
con el cuerpo, se obtiene la expresión
perfecta del sentido del deber:
“Sólo siento lo que debo”)

Una forma de integración
a la realidad sensible: siento que debo
(el deber es un sentimiento, y la deuda
es constitutiva del sujeto, que debe
integrarse a un orden preexistente,
ocupar un lugar en un mundo ya armado,
casi siempre hostil, violento y poco acogedor.
Debe hacerse un lugar, debe luchar, debe
negociar: debe pagar)

Los derechos se conquistan, suelen ser
resultado de largas y cruentas luchas:
Hay un costo.

Hoy gozamos de ciertas libertades
y algunos derechos: nos reconocemos
sujetos de derecho y la evolución
ha establecido derechos humanos
casi universales.

Entre los derechos humanos
que reconoce el mundo civilizado,
el primero es el derecho de piso.


domingo, 25 de diciembre de 2016

Propiedad y Goce

(Abel A. Borda)



El intercambio, no sólo es algo natural
entre los cuerpos animados: es lo que
impulsa sus diversas relaciones.


Un intercambio fluído (comercio de los
cuerpos -con o sin pasaje de fluídos-, comercio
de bienes y mercancías, comercio de la palabra,
contribuyen a la movilidad social en el marco de
un desarrollo saludable)

El intercambio puede estar asociado al goce:
El goce es una propiedad de la materia animada.

En las comunidades humanas, el goce está acotado
por los límites que impone la cultura. La organización
social establece y regula las condiciones del goce.
Cada cultura prescribe y delimita los goces permitidos.

La noción de goce, mantiene una relación íntima
con la de propiedad (este enunciado goza de ciertas
propiedades)

La función social de la propiedad no se conoce,
pero el fin último de la propiedad es el goce.

Toda propiedad es un bien (aún la malhabida)
y constituye un activo, incluso en el caso de una
propiedad ociosa: hay un estado de reposo que
puede considerarse activo.

Las propiedades pueden adquirirse, obtenerse,
conquistarse, ocuparse, compartirse, ocultarse,
heredarse, dividirse, ampliarse, enajenarse y
también desconocerse, pero siempre se gozan.

La forma natural de obtener propiedades es la
apropiación -legítima o ilegítima- la herencia,
la conquista, la usurpación y la negociación.
Aunque la forma superior es la especulación.

Hay propiedades naturales y adquiridas; las más
naturales son las adquiridas.

Hay propiedad común y propiedad privada: la
más común es la propiedad privada.

La propiedad no sólo objetiviza la libertad individual,
como observara el filósofo, sino que determina las
relaciones entre sujetos: estos se relacionan por medio
del comercio, la producción y la reproducción, tres
acciones relacionadas con la propiedad.

La propiedad es un hecho histórico, producto de la
evolución natural  y el desarrollo social.
La noción, el concepto de propiedad sólo puede
ser accesible y practicable en organismos con un alto
grado de desarrollo de la conciencia individual.

(Algunos pensadores sostienen que la propiedad
representa el sentimiento más humano, aunque otros,
más cautos, desestiman tal afirmación por excesiva:
es sólo el más desarrollado,  observan)



sábado, 17 de diciembre de 2016

Sujeto y descendencia

(Abel A. Borda)


Desciendo del sentido,
dice el sujeto propio.
El sentido es una propiedad,
una de las propiedades del
sujeto: El sujeto, tiene propiedades
y funciones dondequiera que se encuentre.

Desciendo del sentido conocido,
dice el sujeto que desciende -sin este
conocimiento no hay sujeto, y sin sujeto
no hay conocimiento-

El conocimiento es condición evolutiva,
así como la evolución es condición del
conocimiento.

La producción de conocimiento no es
algo natural al sujeto, aunque todo sujeto
produce conocimiento.

El sujeto no es algo natural, es creado
por el lenguaje: una creación artificial,
arbitraria por definición -las definiciones
sólo son naturales a los sujetos-

No todo conocimiento es necesario.
Ni toda producción es necesaria.
Pero necesitamos producir conocimiento,
conocemos la necesidad de producir.

Gracias a la producción, podemos dividir:
Sujetos activos y pasivos, productivos y
ociosos.

La división es parte del conocimiento,
hay conocimiento objetivo y subjetivo,
pero en las sociedades divididas
un sujeto sólo puede integrarse
desde su propia divisibilidad,
para poder reproducir las condiciones
de producción de sujetos.

El sujeto se reproduce por división
-aunque hay quienes afirman
lo contrario--

 


sábado, 10 de diciembre de 2016

El gato, criatura superior

(Ricardo Mansoler)



Hay teorías:
El gato no es de este mundo,
dicen algunos. Fue traído por
otros visitantes en épocas remotas.

Hay teorías que sostienen que
tampoco nosotros somos de este
mundo: seríamos parte de alguna
colonización interplanetaria.

(Esto cobra cierta verosimilitud
a juzgar por la relación que entablamos
con la Naturaleza: somos como una plaga
devastadora que depreda y se reproduce
sin control)

Pero el gato, más allá de las teorías, sigue
siendo una de las mascotas más populares
entre nosotros.

El hombre domesticó al perro, al gato no
(no pudo o no quiso) aunque aceptó su
compañía.

La búsqueda de utilidad es lo que impulsa
toda acción humana. El perro, supo mostrarse
útil, ofreciendo diversas prestaciones a partir
de su aptitud para la obediencia y su vocación
de servicio. Necesita reconocer a su amo, y
complacerlo. La subordinación es su mayor
valor, lo que lo hace útil.

El único servicio que presta un gato, en cambio,
es mantener a distancia a ratas y ratones, antiguos
huéspedes que nos resultan indeseables a pesar
de su aspecto inofensivo y de ser nuestros ancestros:
los primeros mamíferos. Pero el gato no necesita
ser domesticado para cumplir su función: caza
por instinto.

Las ventajas comparativas saltan a la vista -como
los gatos-

Suelen ser silenciosos, y sus emisiones no suelen
ser agresivas, salvo en situaciones extremas como
la pelea con otro gato.

Son limpios, no hace falta educarlos, no necesitan
que se los bañe: ellos se ocupan de su higiene.

No necesitan abrigo, ni bozal, ni paseador, ni
peluquero, instructor o entrenador. Ni cucha, ni
collar.

El gato, no es sólo un eximio cazador de insectos,
roedores y otras criaturas molestas o indeseables.

Es también una inmejorable compañía para
aquellos que están solos (e incluso para quienes
no saben que lo están)






 
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