(Onésimo Evans)
Producto original,
se lee en el celofán
del atado de
cigarrillos; cigarrillos baratos:
el nombre, y hasta
los colores de la marquilla
son un remedo de una
marca conocida.
Se puede inducir la
advertencia: Nos previenen
ante el posible
engaño de los que medran con la
imitación
fraudulenta. Hay que estar atento, no
todo es lo que
parece: estamos rodeados de
objetos que no son
más que réplicas de otros.
Estamos inmersos en
un mundo ficticio y en una
cultura del
simulacro. Hay que dudar de todo, como
advertía el
filósofo alemán (¿sería alemán?)
(Recuerdo cuando en
mi lejana adolescencia, le
había encargado a
mi novia la compra de un
pantalón marca
Levis, en Once -mi horario de
trabajo no me
permitía hacerlo- Y para mi
sorpresa y
decepción, me trajo un Robert Lewis,
una burda imitación.
Me resigné y lo usé
copiosamente; no me
quedaba mal, aunque la
diferencia de
calidad era ostensible. Al fin, sin
haberlo querido,
estaba contribuyendo a la
industria nacional…
También, empecé a resignarme
a que mi destino
estuviera signado por segundas
marcas y opciones
alternativas, en fin, nada original)
Se hace difícil
reconocer lo original, cada vez más.
Ni siquiera se puede
confiar en la identidad de una
marca. Nuestra
natural propensión a la fidelidad,
tiende a pasar por
alto algo significativo: las firmas,
las empresas, suelen
cambiar de dueño una y otra vez,
algo natural a las
leyes del mercado.
Producto original: Todo producto tiene un origen;
Producto original: Todo producto tiene un origen;
hay una materia prima, provista por la naturaleza, y
una elaboración: la intervención humana transforma
la materia en producto.
No somos los únicos organismos que producen, ni que
se organizan para producir; hay especies que lo vienen
haciendo desde mucho antes. Lo único original de que
podemos vanagloriarnos, lo que nos diferencia y nos
hace únicos, es la adulteración, la capacidad de producir
objetos engañosos y reproducir falsedades.
Estamos rodeados
de objetos y sujetos
que no son más que
réplicas de otros.
¿Cómo distinguir
el original?
El celofán es
significativo: “Producto original”
Estos significantes
dan cuenta que no sólo
imitamos y
falsificamos lo original, sino también
la réplica, lo
falso, que puede tornar original
dando lugar a nuevas
y sucesivas falsificaciones.
En este punto,
habría que abandonar toda pretensión
de originalidad
y resignarse a compartir este estado
de incertidumbre donde todo cuanto nos rodea
es de procedencia dudosa o, en el mejor de los casos,
mera reproducción.
(Esta conclusión ya ha sido formulada)
de incertidumbre donde todo cuanto nos rodea
es de procedencia dudosa o, en el mejor de los casos,
mera reproducción.
(Esta conclusión ya ha sido formulada)
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