(Ricardo Mansoler)
El poema de uno
termina donde
empieza
el poema del Otro.
¿Falso o verdadero?
Hay reparos: la
propiedad es algo
tan arbitrario como
relativo. Todo
discurso puede
reconocerse deudor
de otro, aún cuando
el emisor no
lo reconozca.
La apropiación es
algo natural, y no
siempre es
consciente, voluntaria y
violenta. La
conciencia suele ser
parcial: es difícil
escribir con alguna
continuidad sin
repetirse.
Otro: Los límites
son difusos
¿dónde termina mi
poema?
Hay mucho poema
trunco, por no
encontrar la
resolución justa. La falta
de definición es un
problema a resolver:
conocemos límites,
estamos definidos
por ellos, pero
¿qué define al poema?
Hay aproximaciones,
tentativas. No hay
una definición
definitiva. (Esto ya lo escribí,
es difícil escribir
sin repetirse, es posible que
lo repita en el
futuro. Hay repetición voluntaria
e involuntaria,
consciente e inconsciente y otras
opciones, pero no
hay futuro fuera de la repetición.
Gozamos de la
libertad de repetir)
El goce se obtiene,
la necesidad se tiene
o se adquiere.
El goce es un fin en
sí mismo, como el poema
(que siempre es
único y linda con otros)
Es difícil llegar
al fin del poema
y resolver ante la
presencia del Otro.
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