(Tomás Lovano)
Volver a cero
concentrarse en la
neutralidad
circular
El eterno retorno
al no
cero a la n
Encero el centro de
mi cero,
concentrado en lo
cóncavo del ser:
no hacer, no negar,
no producir
serotonina ni
reproducir tejido
seroso.
No hacer nacer nada
que altere este
valor idéntico
a sí mismo.
Volver a la noción
primaria
que precede al
movimiento circular,
ese vacío que todo
lo contiene
y nada modifica.
Observar las órbitas
posibles
a describir, desde
dentro del propio
cero, encerado hacia
el centro.
Ser tan cóncavo,
concéntrico y perfecto
como sólo el cero
puede serlo.
El cero es reposo,
neutro absoluto,
vacío, origen y fin
de todos los principios.
Es el número
natural por antonomasia,
que a la vez excede
el Orden Natural:
No existía, fue
creado, como el amor, el
sentido y el
pensamiento abstracto.
Del cero parten
todas las preguntas
verdaderas, la
ontología y la filosofía
profunda que sigue
formulando las
preguntas
esenciales:
¿Cuánto es?
¿Qué es el ser?
¿Qué distingue al Ser
del Ente? ¿Somos
seres seriales?
¿Hay un sentido
último?
¿Qué fue primero,
el cero o la gallina?
¿Hay un amor sincero?
No hay comentarios:
Publicar un comentario