(Ricardo Mansoler)
La miseria es
grande,
pero esto no es más
que una frase.
Hay que reconocer,
una frase cuyo
enunciado no altera
ni agrega nada;
afirma algo que
nadie ignora:
todos tenemos un
costado miserable,
aunque no todos
tengamos conciencia
de las propias
miserias.
Hay que reconocer:
reconocer las propias
miserias es un acto
de grandeza que nos
eleva por sobre
otros miserables, así como
reconocerse a sí
mismo en la miseria ajena
es una muestra de la
profunda sensibilidad
que puede albergar
el alma humana.
“Nada humano me es
ajeno” dijo Nietzsche,
reconociéndose en
esa frase ajena -Publio
Laercio la había
emitido hacía unos cuantos
siglos. Hasta donde
sabemos le pertenece,
aunque bien pudo
haberla recogido de algún
ignoto pensador
romano o no.
No: acaso todas
las frases son ajenas
en esencia, y el
filósofo alemán no hacía
sino poner en
práctica el enunciado de la
frase, tan humana
como la propiedad...
(y como la miseria)
(y como la miseria)
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