Translate

domingo, 30 de abril de 2017

Dialéctica expansiva

(Epifanio Webber)



No hay expansión sin tiempo,
una creación del pensamiento abstracto,
el tiempo, que también hace posible
la inversión:
No hay tiempo sin expansión,
una fórmula algo más riesgosa o inquietante
para el pensamiento lógico, que necesita
límites precisos: habría que recurrir
a Einstein, y detenerse en la relación
tiempo – espacio (él se detuvo, para poder
avanzar: la contradicción es una condición
evolutiva)

Sin contradicción no hay evolución:
El eje de hegel era la contradicción,
la lucha entre opuestos contenía la fórmula
superadora.

Pero el hombre no era algo que mereciera
ser superado. Kant no pudo, y Nietzsche
perdió el juicio mucho antes de ser objeto
de disputa entre ideologías opuestas. 
(¿lo perdió?)

La contradicción, siguió su curso evolutivo:
se expandió. El ser expansivo suele prevalecer
entre los seres auto reconocidos como sujetos.
Es difícil oponerse a la expansión hoy (puedo
decir hoy como presente, pasado o futuro: el
sujeto es expansivo en relación al tiempo; el
sujeto siempre puede expandirse, no hay límites
precisos en cuanto a su vida útil)

Está muy expandida la idea (o el prejuicio)
de que la expansión es un valor: todo lo que
se expande es bueno.

La valoración positiva de la expansión
está en sintonía con el sistema económico
dominante, cuya naturaleza expansiva
reposa en la noción de crecimiento ilimitado
o expansión indefinida.

Habría que definir la expansión, pero no
queremos extendernos:  sólo expandirnos -el uso
del plural en la primera persona, está expresando
la condición expansiva de quien está escribiendo:

Cualquier persona puede expandirse
si se concentra intensamente en ese deseo
(Concentración y expansión parecieran términos
opuestos, una contradicción que la realidad
desmiente:  los poderes concentrados no cesan
de expandirse, algo que algunos observan
como un signo evolutivo de la condición humana)

En cualquier caso, una contradicción en plena
evolución:
 
Toda evolución genera nuevas
contradicciones.

sábado, 29 de abril de 2017

Sábado

(Tomás Lovano)



No sé que día es hoy,
podría averiguarlo,
pero no hay ningún motivo.

No sé que día es hoy.
¿Qué cambiaría saberlo sábado?
¿Qué diferencia a un sábado de otros
días?

Todos los días podrían ser sábados
y vivir en la continuidad de un eterno
sábado, no nos haría menos sabios ni
más interesantes. Nos aburriríamos
del sábado como nos aburrimos del
domingo: No me aburro de no saber
qué día es.

Hoy puede ser un gran día, pero es más
probable que sea un día olvidable,
llámese sábado o no (al cabo, los grandes
días también se olvidan)

No recuerdo ningún sábado en particular,
como tampoco ningún día con otro nombre.

Como si no fuera suficiente con el nombre,
los días también tienen número.
No sé qué día es hoy, aunque podría averiguarlo
para poner la fecha arriba, en el ángulo superior
derecho de la hoja, como supe hacerlo alguna vez.
¿Para qué?

Hay quienes necesitan registrar todo,
para disponer de información.
El exceso de información también puede ser
un problema, una sobrecarga inútil: una
redundancia.

Una memoria de 64 años está atiborrada
de información inútil.

Hay quienes viven al día, necesitan
saber qué día es, para poder vivirlo
u ocuparlo.

Cualquier día puede ser hábil o inhábil
si se acepta como tal y se está dispuesto
a desarrollar alguna habilidad;  sólo
hay que tenerla y ocuparse:  
No es mi caso.

¿Qué es el día?
¿Una abstracción? ¿La ilusión de renovar
la continuidad de todo en la expresión de un
movimiento cíclico que se repite?

El día es una palabra, dos sílabas,
tres letras. Un acento en el centro
de la isla, cuya superficie se habita
sin necesidad de ninguna habilidad.

Cada día es único e irrepetible,
estamos en condiciones de repetir.

El consumidor final necesita estar al día
para que no lo sorprenda ninguna fecha
de vencimiento (los vencimientos no
descansan)






viernes, 21 de abril de 2017

Nuevos aportes a la teoría del valor

(Teodoro Losper)



Hay que tener valores.
Los valores hacen a la subjetividad
y hacen que el sujeto pueda reconocerse
a sí mismo en ellos, y compartir
valores con otros sujetos del mismo
valor (o equivalente).

Los valores signan y determinan
el tipo de relaciones que establece cada
uno. Sin valores, se desvanece la noción
de sujeto: un sujeto sólo es en relación a
otros, y el intercambio responde a valores,
que a su vez permiten que el sujeto le
asigne un valor determinado a cada relación:

Sin valor no hay interés, y toda relación
entre sujetos, obedece a algún interés (los
intereses son inseparables).

Hay valores intercambiables, ajustables,
actualizables (es conveniente una actualización
periódica, la vida es cambio; uno no puede andar
con los mismos valores de hace 20 años).

Es valorable aceptar que otros tengan otros
valores, aunque no se compartan. La noción
de valor, no sólo permite valorar, compartir y
agregar valor, sino también distinguir entre
los que tienen valores y aquellos que no tienen
ningún valor.


lunes, 17 de abril de 2017

Vocales

(Carlos Inquilino)

Vivo en el 5º E.

E es la segunda vocal
en el orden establecido.

No se conoce el orden cronológico,
pero todo indicaría que primero
fue la A.

Antes de hablar, emitíamos
sonidos sin sentido -con el habla,
inventamos también el sentido-

Conociendo la A, se hizo necesario
incorporar otros sonidos, para
combinar y repetir, y obtener sentido:

Una cantidad acotada de sonidos
resultó suficiente para la emisión
y el intercambio de sentido,
sólo cinco vocales -el resto no son
sonidos puros-

Unos pocos sonidos articulables
contienen todos los sentidos posibles:
cabe ahí todo cuánto tenemos para
decir, todo lo que se puede pensar,
en todos los idiomas.

El mundo sensible, es algo más vasto,
intuímos, mientras nos resignamos
en silencio a estos sentidos:

El lenguaje es la casa del hombre,
según el filósofo alemán  -en cualquier
idioma, somos locatarios-

Todos los lenguajes, podemos generalizar,
son arbitrarios, como todos los sentidos
y todos los usuarios. 

La propiedad es también, como el lenguaje,
algo arbitrario, señor copropietario.

Todos podemos ser locadores
o locatarios.

Soy el del 5º E.




lunes, 10 de abril de 2017

Dueños del mundo

(Ricardo Mansoler)



El futuro es incierto,
como siempre,
pero no parece preocupar
a las mayorías, ni a quienes
las gobiernan.

Sólo un grupo marginal: los
ambientalistas -o ecologistas-
vienen advirtiendo sobre las consecuencias
del “desarrollo” , el impacto de la actividad
humana:

Cuidemos el planeta, es el único
que tenemos: Alertan estos pretendidos
defensores de la Naturaleza, que suelen
ser descalificados por las voces oficiales
como ecotalibanes, fundamentalistas
ambientales, conspiranoicos, etc.,
mentes trasnochadas que dan rienda suelta
a su imaginación para oponerse al progreso…

“es el único que tenemos”

¿Tenemos?

Algunos creen que les pertenece,
y obran en consecuencia.
Otros creen en sentido inverso: le
pertenecemos, somos hijos de la tierra.

(Las creencias pueden invertirse, como los
sentidos: hay quienes creen en la inversión
como sentido único)

Por último, hay quienes admiten que nuestro
futuro en el planeta es incierto, pero confían
en encontrar otro: no conviene atarse a nada,
todo cambio genera oportunidades, hay que
creer en la ciencia, todos los problemas tienen
una respuesta tecnológica.

El planeta  ¿es nuestra casa?

Hay opiniones divididas:

Algunos sienten que les pertenece,
otros sienten que le pertenecemos.

Pertenecemos a una especie que cultiva
(somos casi la única especie que cultiva)

Una especie que necesita
cultivar el sentido de pertenencia:

Hay que pertenecer.






 
Licencia Creative Commons
http//ahoraqueestasausente.blogspot.com se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.