(Remigio Remington)
Todavía ataviado
de atavismos autóctonos
e ínfulas exógenas,
el promesante espera:
lo único que se puede hacer
es esperar.
Todavía habitado por pasiones
planas, asimétricas y unívocas
oteando aquel futuro horizontal
en su perímetro permeable,
oyendo voces que perimen.
El promitente espera:
lo único.
Todavía abatido
por el fracaso receptivo
de la pasión en tránsito
(en prójimos, abnegados y terceros)
mirando al océano
el promesante espera:
lo único que se puede hacer
es esperar
(lo último que se debe hacer
es desesperar)
Esperar sin solución
de continuidad:
El promesante espera su misión.
El perro escucha,
no sabe que es perro
ni qué es cucha:
El perro escucha,
no tiene otra misión, pero no sabe
A su lado, el promesante espera:
puede que su misión sea esa.
No piensa por ejemplo:
una metáfora anómala,
bien ejecutada, emite abismos
cuya obscuridad no se soporta,
si hay conciencia hay culpa,
el exceso de funciones
puede alumbrar un organismo muerto
envuelto en celofán o alma
que se escurre por el ojo semiplano
de un animal desclasificado.
No está muerto quien vacila,
se repetía el poeta
todavía olvidado,
un deudor autodidacta
en avanzado estado
Hay que repetir todo
sin solución de continuidad:
Vengo desde el olvido,
se repetía para no olvidar
sus hábitos atávicos.
Vengo desde…
No es muy triste olvidar de donde vienes,
lo importante es adonde vas, se repetía
sin parar, sin saber, sin querer,
sin saber adonde ir y
sin querer ir a saber o a parar
No vengo en son de venganza,
no sé si vengo…
pero la venganza es una forma de justicia
y un placer divino:
Si quieren venir que vengan,
no pregunto cuántos son,
no vengo en son
ni vengo a ofrecer un corazón.
Lo único que no quiero es sangre,
no quiero ser funcional
a ningún tipo de sangre
ni al verbo derramado.
Funciones hay de sobra,
Funciones hay de sobra:
me dijo un funcionario arrepentido
(mejor que sobre)
El promesante espera:
lo único que se puede hacer es esperar.
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