(Asensio Escalante)
El equilibrio es triste
tanto como sano,
escribo bajo este árbol
en estado de reposo.
Romper un equilibrio
es riesgoso, pero siempre se puede
inaugurar algo, aunque el tiempo
no acompañe, sin romper ni alterar
el equilibrio del paisaje.
Bajo este árbol inauguro el día:
tórrido, excesivo para octubre,
¿alerta naranja, amarillo, solferino?
Otro día único e irrepetible,
escribo en equilibrio;
tengo para mi:
el equilibrio es triste
pero justo.
La justicia es una aspiración sana,
aunque no tenga mucha aplicación
y no sea más que una aspiración
-Hay aspiraciones que no aplican-
Siempre hay alguna aspiración
que inaugurar, se trate de un día
hábil, tórrido, excesivo,
e incluso único.
Cada quien es libre de encontrar
su propio equilibrio, respecto
de otros o aspirar:
Aspirar es sano, más que no aspirar.
El sujeto sano, siempre encuentra
algo aspirable.
(Inspiramos profundo, luego exhalamos
mientras esperamos algo que nos inspire,
o bien, esperamos la inspiración)
El equilibrio no es triste: es sólo una
condición provisoria que sucede,
ocurre mientras aspiramos a otra cosa.
El equilibrio no existe, fuera de la
percepción: escribo en equilibrio
como sólo un sujeto puede hacerlo,
cualquier sujeto.
Para ser justo hay que ser objetivo:
Somos química, sinapsis, efectos residuales
de procesos metabólicos que reproducen
su equilibrio sin necesidad de conciencia.
El hombre más justo, es el hombre que come,
escribió el poeta cuando todavía comía.
Era francés, no sé si comía sano.
No sé qué es comer sano. Por fortuna,
la condición omnívora, que elegimos
en libertad, nos hace aptos para todo
consumo.
La vida es equilibrio,
el resto es aleatorio
aunque parezca triste.
El árbol no se inmuta,
sin duda sabe más de lo que calla.
La emisión de emoción, se deduce
ajena a seres en estado de reposo.
El equilibrio es triste
y la contradicción no existe.
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