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martes, 17 de diciembre de 2013

Otro texto de Teodoro Losper



Naturaleza invasiva




No tengo nada contra las abejas; hasta consumo, incluso, algunos de sus productos. Productos nobles si los hay, hay que agregar, que no pasan de moda: nos vienen acompañando desde lo más difuso de los orígenes de nuestra cultura, tal vez desde nuestro ingreso al mundo de la civilización.
Ya desde antes de los griegos, los egipcios, ó acaso más atrás, se cultivaba la valoración por los productos derivados del cultivo de la apicultura.
Una especie productiva, la abeja, que ya venía produciendo desde antes que el hombre y desde antes que el hombre aprendiera a cultivar la apicultura. Incluso desde antes que el hombre conociera sus beneficios, así como los beneficios de la organización productiva de la vida.
Una especie organizada, altamente organizada, hay que decir, que rinde culto a la producción a través de la organización social del trabajo.
Una especie acaso excesivamente organizada, siempre es un ejemplo para otras especies.
Un ejemplo puede ser bueno ó malo, lo cual constituye un hecho subjetivo, pero no deja de ser un ejemplo, en cualquier caso.
La organización del trabajo es algo que comparten otras especies, como la hormiga, también muy antigua, pero a sus productos no se les ha encontrado por ahora mayor utilidad para el consumo humano, más allá del ácido fórmico.
La organización social de las abejas nos enseña, con su división en clases, su estructura dónde el orden reina, con reinas y sin reyes, que la conducción femenina de las organizaciones productivas redunda en un mayor contenido de eficacia.
Así como detrás de todo gran hombre hay una mujer, por detrás de toda organización hay una causa, que puede ser noble ó deleznable, buena ó mala, nunca maleable; no cambia de signo, una causa, no sufre ese tipo de evolución. Y detrás de toda causa, hay una meta, que es algo que toda especie que se precie debe poseer.
Detrás de todo metabolismo hay una meta. Y ahí nomás, el Orden Natural. El Reino de la Naturaleza, un ámbito donde todo obedece a las leyes naturales, que pueden reducirse a una relación de causa – efecto.
La Naturaleza se opone a la Cultura. Ahí nace el malestar, la contradicción, la civilización y otros términos con la misma desinencia.
Descendemos de esa necesidad de evolución de toda contradicción.
No tengo nada contra la contradicción.
No tengo nada contra las abejas, un reino como tantos y una especie que, por lo general, no perturba a la nuestra ni lo que llamamos nuestra vida civilizada.
Es más, tengo un amigo apicultor…
Una especie respetada por otras especies y aún, hasta -me temo- temida.
Se sabe que hay especies, acaso menos respetables, que para hacerse respetar le fueron copiando, reproduciendo su diseño. Asemejándose a las abejas, obtienen de otras especies el respeto que emiten aquellas, cuando no el temor.
Un caso de esta estrategia basada en el engaño y la confusión, la proporciona la mosca, criatura inferior, que a diferencia de la abeja, solo se organiza para producir fastidio.
Zumbar, emitir zumbido como consecuencia de rápidos y repetidos movimientos de élitros u otros órganos, es algo propio de diversas especies; pero para la nuestra, en cualquier caso, esa propiedad ajena constituye una molestia, una presencia de la que necesitamos prescindir.
Luego, ante la presencia detectada de una mosca, sentimos el sano impulso de ultimarla, de acabar con esa vida miserable que se nutre de nuestros desperdicios y sólo tiene como meta su reproducción injustificada; amén de producir molestias. Una especie banal, efímera y banal, absolutamente prescindible.
En cambio, si el zumbido proviene de una abeja, y así se verifica, no es tan simple tener una respuesta: vacilamos, dudamos, entre el temor al aguijón y el respeto por las virtudes encarnadas por la abeja.., sus productos naturales, sus subproductos…, en fin; no es tan sencillo decidir acabar, así, de un plumazo, con toda una vida de trabajo -suponiendo que nuestra abeja perteneciera a esa clase, cosa que no siempre estamos en condiciones de discernir-.
Hay que saber separar, diferenciar, el sentimiento de culpa que incorporamos al ajusticiar una mosca ó a una abeja, no son asemejables. Aún más: cuando se dice que alguien es incapaz de matar una mosca, para resaltar sus condiciones de bondad ó inofensividad, se incurre en una afirmación viciada de falsedad. Todos somos capaces, y todos matamos moscas; no llevamos la cuenta, pero todos tenemos en nuestro haber una elevada cantidad de esas víctimas… No cabe duda, todos hemos suprimido más vidas de mosca que de abeja.., aunque pueda servirnos de atenuante el argumento de contribuir al equilibrio ecológico, ya que a pesar de nuestras acciones, pareciera subsistir una mayor cantidad de moscas por habitante que de abejas.
Pero habitantes somos todos, lo que incluye a las moscas… Tal vez si nos dieran algo a cambio les perdonaríamos la vida, como ocurre con las abejas…
Pero para dar hay que tener, y para tener, hay que producir y… esto requiere organizarse, a lo cual no parece muy apegada la mosca, que si cultiva algún tipo de organización sólo sería una organización residual.
No tengo nada contra las moscas; y mucho menos contra las abejas, que además de contribuir a la fecundación de muchas especies del reino vegetal, nos proporcionan sus productos saludables. Hay una medicina natural que los incluye –hasta en su propio veneno se encuentran propiedades beneficiosas-.
Hay tratamientos terapéuticos basados en productos naturales.
Hay naturalezas que rechazan los medicamentos de naturaleza artificial, así como hay otras que no toleran los productos naturales.
Pero lo natural tiende a imponerse, a expandirse, en un mundo todavía en expansión aunque cada vez más desnaturalizado.
Hay tratamientos que se postulan naturales; y aún más: ¡de naturaleza no invasiva!  -como si fuera ésta una condición posible-.
No tengo nada contra la naturaleza. Tampoco tengo nada contra las contradicciones, repito; pero hablar de naturaleza ‘no invasiva’ no parece muy sensato, bajo ningún punto de vista. Y esto, dicho desde aquí, como habitante y como contribuyente, como participante y como miembro, como producto ó subproducto, en fin, del Orden Natural.
Hay demasiados ejemplos del carácter invasivo de la Naturaleza. Basta pensar en mosquitos, cucarachas, polillas, ratas, lombrices solitarias…, virus. O bien, considerar los millones de bacterias, bacilos -buenos y malos- y otros organismos que habitan nuestro cuerpo sin pedir permiso…
Reitero; no tengo nada contra las abejas. Es más, hasta tengo un amigo apicultor   -y no tengo muchos amigos-.
Pero esta abeja que insiste en merodearme, con su zumbido invasivo, y sigue zumbando, interfiriendo mi trabajo artificial, posándose ahora en mi taza de regaliz, no es un regalo bienvenido. Muy por el contrario: perturba, distrae, e impide la concentración necesaria para avanzar en el poema sobre la banalidad.
En una palabra:   invade.
Cabría agregar que esto, aunque parezca una banalidad, es sólo una forma, entre tantas -muchas de ellas imperceptibles- en que se presenta la naturaleza invasiva de la naturaleza.
(Por otra parte, este individuo abeja aquí presente, es la evidencia de un orden alterado. Se desprendió de su comunidad; se separó de la organización: un organismo que se desorganizó, seguramente abandonó su puesto de trabajo - para venir a interrumpir el mío-, lo cual bien pudiera merecer una sanción, un castigo, tal vez la pena máxima, la pena capital, y esto resolvería la cuestión de la culpa al aplastarla…Hacer justicia, en representación del Orden; restablecer el orden.., aunque sea un pequeño orden, un micro orden.., y de paso recuperar mi pequeño orden artificial……
Pero no; no voy a entrar en ese juego; hacer justicia por cuenta propia es una de las formas en que se manifiesta el Orden Natural, que todo lo invade.
Debo desobedecer esos impulsos. Permanecer neutral…)


sábado, 14 de diciembre de 2013

Banales


(Teodoro Losper)



Voces que se deslizan / van a lo banal
banalizan lo que tocan / rozan
rozamientos banales se suceden / van
y vienen de la mano: lo vano y lo banal /
van banalizando / envaneciendo / se
contentan expresando contenidos vanos
hilvanados en discursos banales, evanescentes /
entre lo vano y lo banal /
lo bueno :
relaciones banales se entablan sin mayores requisitos /
sexo casual / sexo banal / virtual / ocasional / frugal /
sexo efímero : la brevedad duplica la bondad (lo bueno
si breve ) / Lo bueno : a instintos banales satisfacciones
banales / abreviar / en el baño / en el rebaño de banales /
olores banales / imágenes banales / la semejanza banaliza /
lo bueno : promueve la igualdad / la igualdad es buena
sólo como aspiración / una aspiración banal : la igualdad
de oportunidades / todos coinciden / una aspiración oficial
unánime y banal / fórmulas que resisten todos los análisis
banales / hay que banalizar / el público espera más banalidades /
el electorado pide hechos concretos y banales / los mercados
dan señales - buenas ó malas - de acuerdo a los índices de
banalidad registrados / señales banales / el consumo es una
cuestión de tiempo y el tiempo un artificio que contiene todas las
banalidades y lo banalizable / Se registra un aumento sostenido
en la producción de hechos banales / Es un hecho : a ser banal no
se aprende / no hay cursos de banalidades / La banalidad puede
abandonarse pero no se puede volver a ser banal / No se vuelve /
Para hablar con propiedad de banalidad hay que conocerla / haber
sido / haber tenido un pasado banal / ó bien un buen fragmento de
pasado que acredite banalidad / Tener un costado banal ó rasgos
banales es común pero no hace a la banalidad profunda del sujeto /
Tener deseos banales tampoco es condición suficiente para
completar una identidad banal / todos tenemos deseos banales y
momentos del día ganados por la banalidad / Pero nadie dispone :
“voy a tener un día bien banal" si quiere ser honesto con su propia
banalidad ( Ser honesto puede ser considerado una banalidad. Soy
honesto : Fui banal: Nací en el seno de una familia: un hecho banal /
una familia ligeramente banal / En condiciones de normalidad la
banalidad funciona, ordena, cohesiona, evoluciona por reproducción,
se desarrolla por repetición, para acabar reproduciendo su ciclo
evolutivo / se avanza en el sentido dentro de límites que la banalidad
provee / un sentido único / diversamente proporcional a las
aspiraciones familiares, oficiales ó suboficiales / en condiciones
normales se adquieren productos, se gozan propiedades, se poseen
títulos, recuerdos, que van sumando a los bienes familiares / la mesa
familiar / juegos familiares / la palabra familia / jugar es banal /
jugar con familias de palabras: un juego banal / Pensar no suele ser
banal / pero hay pensamientos banales / Cultivar su práctica es un
ejercicio útil que sirve para poder relacionarnos con otros banales a
través del diálogo banal (que es el más utilizado)

Incluso se puede entablar amistades banales / Hay quienes sólo
desean mantener relaciones banales / y quienes se banalizan para
cumplir ciertos deseos / Hay deseos banales (pero hay que diferenciar
entre quien opta por una satisfacción banal y quien no. Y distinguir
aún entre quien tiene un objeto de deseo banal, y quien desea de
modo banal, más allá del objeto circunstancial ) Un perfecto banal ó
banal integral, siempre desea objetos banales de un modo banal, y
casi siempre logra realizar su cometido, y hasta sentirse realizado
(redundando en el lugar común de la banalidad)


Hay una realidad banal / Y hay deseos que dejan que desear  -Como
hay deseos peligrosos y deseos banales-


(Un análisis banal sugeriría no profundizar en el tema de la banalidad
a aquellos banales que disfrutan su condición de tales, ya que se corre
el riesgo de ser arrojado fuera de ese mundo para siempre).




II

Banal : un barbarismo / banalismo no existe / la banalidad :
El discurso de la banalidad /
Un discurso banal roza la insustancialidad / carecer
de sustancia -se sostiene- es una forma de carecer que tiende
a la neutralidad / Hay sustancias nocivas y otras inocuas /
otras contienen virtudes y son beneficiosas / pero el exceso
las hace nocivas / Una dosis de banalidad en el discurso
ó en la vida puede ser saludable, acaso necesaria (la necesidad
suele ser banal y sin necesidad no hay vida)
Pero una banalidad sustentable en el tiempo, ó sostener la
Insustancialidad a lo largo de una vida, no es sencillo. /
Una vida que se desarrolla en un ámbito banal, un espacio
surcado por relaciones banales, poblado de aspiraciones
banales y donde florece el cultivo de valores banales,
no acredita necesariamente un destino banal /
Trazarse un proyecto de vida banal, tampoco garantiza
alcanzar la banalidad plena. La plenitud no existe.
(y existir en plenitud no pasa de ser una aspiración
atificial, dentro del orden de las aspiraciones banales)

jueves, 12 de diciembre de 2013

Autoahorro



  (José Luis Greco)


Cautos autos rodeaban la manzana
roedores merodeaban
en desmedro de otros merodeadores
que suelen medrar en la oscuridad

¿Por qué elegimos este fruto?
¿Por qué seleccionamos?
¿Somos fruto de la selección natural ó qué?

Se preguntaban los roedores rasos
a la espera de una respuesta oficial
entre tanta reproducción inoportuna

-¡Estamos rodeados, compañeros!
-Siempre estábamos rodeados.
-No, ojo con la función verbal, estábamos es imperfecto.
-Somos imperfectos. Estábamos mal pero íbamos bien; sólo
hay que saber rodearse, dijo el roedor sabedor.
-Estábamos estaba mal: Estuvimos, pretérito perfecto simple,
ex indefinido, es el tiempo correcto.
-¿Correcto porque dejó de ser indefinido? ¿Porque se definió?
¿Lo correcto es definirse? ¡No es hora de definiciones, compañeros!
¡No estamos para eso!
¿Qué tiempo correcto? ¡No hay tiempos correctos!
¡Toda definición es provisoria! Lo único correcto sería negociar
con las autoridades.
-La selección natural nos hizo selectivos, hermanos, ahora
hay que defender la posición.
-Tenemos posiciones encontradas, y nos encontramos rodeados.
No andemos con rodeos, dijo un merodeador moderado. 
Meros roedores como somos, huéspedes después de tanto 
y tanto bicho patógeno y en plena dependencia residual, sin 
ser reconocidos, gozando de mala prensa y rodeados de 
relaciones asimétricas...
 
-Habla difícil pa' roedor.
-Roer es raro.
-No, lo raro es ahorrar; roer es necesario, lo que hay acá es un
 exceso de vocabulario.
-Nos sobran palabras...
-No, vivimos de las sobras.
-Los hechos nos unen, las palabras nos separan.
-Sí, tienen demasiadas palabras: el exceso genera confusión.
-Se dicen mamíferos superiores, pero nosotros somos el 
 mamífero más antiguo: descienden de nosotros.
-Somos una especie invasora, colonizadora y oportunista, dicen.
-Como ellos...


-Pero nosotros somos más, y estábamos desde mucho antes; 
ellos nos invadieron...
-Bueno, no nos perdamos en nimiedades. La invasión es algo 
 natural, tan antiguo como la naturaleza, tan viejo como 
 la injusticia...
Ni siquiera es algo exclusivo del reino animal, también  
hay muchas especies vegetales invasoras.
-Pero el hombre es invasor y predador.
-Bueno, hay predadores naturales que controlan 
 el crecimiento y la expansión de otras especies, 
 contribuyendo al equilibrio...
-¿Qué equilibrio? Ellos depredan todo.
-Pero ellos también se matan de hambre y producen 
 masacres y guerras, se depredan a sí mismos. La naturaleza 
 contempla todo eso: son técnicas elaboradas a través 
 del tiempo para ajustar el proceso de acumulación de cuerpos.
-No, esos son sus propios argumentos para justificarse.
 Para ellos, todos los organismos vivos se dividen en dos 
 especies, a saber:    comestibles y no comestibles.
-Nosotros venimos zafando, por suerte...
-No, hay culturas que nos incluyen en su dieta.
-El malestar en la cultura...
-No le hacen asco a nada.
-Y.., el hombre es un animal político.
-Se embuchan desde insectos hasta ballenas...
-Yo no te pruebo...
-A mi no me convencen: Ninguna criatura que se precie
 puede pretenderse omnívora, no es natural, ni nosotros...
-El chancho...
-La culpa no la tiene el chancho.


                                                         JLG
 

sábado, 30 de noviembre de 2013

Conciencia expansiva


(Monopsonio Fernández Holding)



Hay que ser riguroso
con los límites.

Expandir la conciencia -la
conciencia son límites- superar
las propias marcas, mediante el
ejercicio metódico y la práctica sistemática:

Fijarse metas bien delimitadas.
Trazarse, como meta, nuevos límites.

En rigor, la expansión de la conciencia
es cuestión de paciencia -paciencia y pasión
son artes que no requieren formación-

En rigor,
ningún exceso conduce a la fórmula
deseada, ni a la reposición del deseo
perdido por la expansión de la pasión,
ni a la consecución de nuevos límites
para la conciencia creada
ó el poema necesario.

Las palabras nos separan
del poema: la relación que entablamos
con la palabra, determina la condición
poética.

Los poemas nos separan: hay mucho material
descartable (están los que no pueden distinguir
un buen poema)
Es mucho más lo que se descarta que lo que
queda como poema. Descartar es un trabajo
arduo: Hay quienes tienen que descartar otros
trabajos para hacer poemas (incluso poemas
descartables)

Hay que ser riguroso con los límites:
saber medir, y descartar todo aquello
que no conviene al desarrollo y la expansión
de la conciencia y a la vida útil
del poema.


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Horse power (CV)

(Por  Tomás  Mercante)


Escribir es humano.
Escribir poemas, es más humano

El poema, es escritura descendente
-los humanos somos una especie que
desciende-

Escribir un buen poema, es rozar
los límites de lo humano.

"Esta noche desciendo del caballo",
escribió César Vallejo.

(Vallejo es un poeta americano
 pero
 Vallejo es  el poeta americano)

El caballo no es americano, era
desconocido por los nativos,
que aún ignoraban que eran
americanos)

Esta noche desciendo del caballo,
escribió Vallejo, que aunque después
escribió Poemas Humanos, no dejó
descendencia: nunca nadie escribió
como él -aunque muchos se inspiraran
en él-

Es humano inspirarse en otros poetas,
como lo es inspirarse en cualquier cosa.
Los poetas casi nunca se ponen de acuerdo.
Hacen bien: si todos eligieran los mismos
motivos de inspiración, el resultado
sería tedioso...

La poesía es tediosa -como sabemos- para
la inmensa mayoría de los lectores: no suelen
leer poemas, consumen otras cosas, la poesía
no se consume.

Hay pocos poetas que se reconozcan como
tales, pero hay mucho material poético, mucha
poesía acumulada y su volumen crece sin pausa,
mientras se reduce la población de lectores de
poemas. Se produce más de lo que se consume:
Una relación asimétrica.

Las relaciones asimétricas, como los poemas,
son creaciones humanas -como otras religiones
que podemos profesar-

Cada poeta tiene sus deidades:
Cuando Darío era Dios, Vallejo advirtió
que lo superaría. Luego, como buen ateo,
habló de dios: “Yo nací un día que dios
estuvo enfermo...”

Cada poeta tiene sus deidades, sus
pecados y su cárcel: Vallejo estuvo
enfermo.., también estuvo preso, pero
no escribió: “La ergástula es obscura”
sino:

OH LAS CUATRO paredes de la celda
Ah las cuatro paredes albicantes
que sin remedio dan al mismo número.”

Y escribió:

En la celda, en lo sólido,
también se acurrucan los rincones”

(Tenía cierta predilección por los rincones:

En el rincón aquel, donde dormimos juntos
tantas noches, ahora me he sentado
a caminar”)

-Hay cosas que sólo puede hacer un poeta:
el caballo puede andar al paso, al trote ó al
galope, el hombre sólo corre detrás de la
ambición que no descansa, siguiendo su destino.

El poeta desciende del caballo, y aún
arrinconado, se sienta a caminar
y vuela,
por encima de hombres, bestias y deidades.


sábado, 9 de noviembre de 2013

Lecciones poéticas


(Senecio Losermann)



Esto es,
esto no es...
(expone el maestro ante su discípulo)

La sabiduría
no es algo que se aspire.
El que sabe no aspira
ni ambiciona.

No es tarde,
está el papel, la pluma, los
enseres y los límites,

lo no sonoro
es parte del sentido
del poema
que aún no es :

Estar y ser, no siempre
son sinónimos, no olvides:
los sinónimos son siempre
los mismos; sólo el ser
es inestable -por eso usa
palabras-

El poema debe fluir
en forma natural -aunque sea
un producto artificial: no hay
productos naturales-

Desecha los pensamientos
poco claros, y los versos
demasiado largos.

No te extiendas por demás,
omite la palabra vana,
sólo repite lo que sepas...

-Sólo se repetir, señor...
-Nunca repitas eso, el exceso
 de honestidad ó sinceridad no
 son atributos valorados, en
 hombres ni en poetas.


sábado, 2 de noviembre de 2013

vida útil


(Monopsonio Fernández Holding)



La vida útil del poema
no está determinada por la calidad
de los elementos que lo componen,
ni por la naturaleza de las aspiraciones
que concurrieron en su producción, ni
condicionada por las fluctuaciones en
torno al concepto de utilidad.

El poema, la vida útil del poema, es
variable, pero no está sujeta a la
volatilidad de los mercados, ni a la
mutabilidad de las condiciones externas
que pueden producir alteraciones en el
costo de los insumos para la producción
poética.

La vida útil puede extenderse, prolongarse
ó reducirse (hay recursos artificiales y
naturales, recursos estratégicos, tácticos
y recursos poéticos)

Los intentos de obsolescencia programada,
no han producido resultados interesantes
(La obsolescencia programada, una técnica
desarrollada para mantener los niveles de
demanda y sostener la producción, ha
arrojado resultados satisfactorios en casi
todos los sectores productivos -incluso en
la producción de conocimiento- , pero en
el ámbito poético sólo pudo producir frutos
dudosos, objetos cuestionables, opinables ó
inopinados, que en el mejor de los casos
han podido gozar de algún éxito efímero)

La vida útil del poema
está acotada por su carga negativa:
su resistencia a la utilidad,
su carácter subversivo.


martes, 22 de octubre de 2013

Un texto de Asensio Escalante



Sin título


El título, no parece un elemento imprescindible para la existencia.
Hay quienes no creen en la importancia de los títulos: producen
una obra que no tiene título, y cuando la dan por acabada se
dedican a titular, como una tarea menor, de acuerdo a lo que
creen que quisieron expresar, a modo de presentación.
Otros le adjudican un valor relativo al título, creen que es parte
de la obra y no debe descuidarse.
Algunos van más lejos: la obra, el texto, deben completar el título,
que en realidad contiene todo lo que importa -el resto es agregación-.
Proceden en sentido inverso a los primeros: parten del título, es lo
único que tienen, y lo único que necesitan. Ahí está contenido,
concentrado, el germen de toda la idea que va a desarrollarse en
forma de poema, relato, ensayo, crónica ó lo que fuere, así como
otras ideas subsidiarias, que a su vez darán lugar a otras.

Así, se sabe de escritores que proyectan una novela de la cual sólo
tienen el título.
En los medios de comunicación, los títulos son determinantes: un
arma cargada de ideología.
Hay muchas formas de interpretar y titular un mismo hecho. Es un
hecho: hay periodistas encargados de diseñar la forma en que se
inyecta ideología en esos títulos, de acuerdo a la demanda de los
dueños del medio.

Una forma de formar opinión. Es muy sabido que mucha gente sólo
lee los títulos (aunque un título bien armado puede hacernos cambiar
de opinión, haciendo que leamos la columna, y se nos forme otra
opinión)

Además, un buen título vende.

En los canales de noticias de TV se puede observar, cada cinco
minutos, un título cada vez más grande que queda sostenido en la 
pantalla:  TITULOS.

Los títulos, juegan un papel muy importante en la vida de las  
personas.

Hay títulos públicos, privados, títulos oficiales, suboficiales y  
subtítulos.

Hay gente que sacrifica muchas cosas por un título.
Hubo, en otros tiempos, gente capaz de amasar una fortuna, a costa 
de privaciones para poder comprar un título nobiliario.

Hay quienes creen en la movilidad social, y educan a sus hijos en la
obtención de títulos académicos como medio de ascenso.
Puede haber dudas con respecto a la vocación.., pero no en cuanto a 
la necesidad de un título.
Así, hay quienes exhiben más de un título, quienes coleccionan títulos 
y quienes, a título de presentación, hacen mención a su título: exhibir  
un título, siempre sirve para diferenciarse y para obtener algún tipo 
de reconocimiento.
Además, un título adorna, viste y mejora nombres y apellidos, así  
como puede atenuar los efectos desagradables de aquellos no muy  
agraciados.



II


Los títulos tienen muchas propiedades. Un buen título vende.
Los que tienen muchas propiedades no necesitan títulos, ni necesitan
venderse.
Ni necesitan movilidad social: No necesitan de las propiedades de los
títulos. No tienen necesidad.
A lo sumo, pueden necesitar vender alguna propiedad.

Algunos creen que si no se tienen muchas propiedades, conviene tener
algún título: Los títulos tienen muchas propiedades.
Las propiedades son necesarias para no pasar necesidad: la necesidad,
puede llevar a cometer las peores acciones, incluso a apropiarse de
propiedades ajenas.
Quienes creen en la movilidad social, suelen creer en los títulos, así
como en sus propiedades: Creen que un título es una buena inversión. Y
creen en el tiempo como inversión.

Creen que la propiedad de un título sirve para acceder a un título de
propiedad.



III

Pero hay quienes profesan un rechazo absoluto por estos
artefactos, así como por el insumo de tiempo y energía que su
producción demanda.
Algunos poetas desisten sin más de esa tarea, y a cambio de títulos
numeran sus poemas.
Otros ahorran ese paso separando el primer verso de modo que cumpla 
la función del título que falta.
Pero una novela sin título, no tiene muchas posibilidades, como 
tampoco un cuento, un ensayo ó un sujeto.
La necesidad de títulos está más relacionada con las actividades 
humanas ligadas a la prosa.

Un texto sin título es difícil que atraiga inversiones (toda lectura es 
una inversión: se invierte tiempo a cambio de obtener placer,  
conocimiento, reconocimiento, entretenimiento, información, etc.)

Un texto sin título es como una persona sin nombre: no puede tener
propiedades.

Todo objeto ó sujeto que se emite, debe poder justificar su existencia, ó
por lo menos su origen.

Un texto sin título, ó peor: sin autor, es como un sujeto 
indocumentado; nadie le otorga el menor crédito.

Es raro que alguien lea a un autor que no conoce, y de quien ni 
siquiera tenga referencias. Se necesitan referencias. Siempre se 
necesitan referencias.
Las referencias tienen propiedades. Una referencia puede ser buena  
ó mala, como una propiedad, pero siempre es una referencia.

Un título es una referencia.
Un buen título, tiene la propiedad de atraer, pero si es demasiado 
bueno va a resultar inevitable que el texto que lo acompaña acabe 
decepcionando.

Los títulos son, en algunos casos, algo excluyente.
Hay quienes invierten mucho tiempo en obtenerlos.

Se da, incluso, el caso de autores desconocidos de obras excluyentes, 
que acaban resignando su publicación por no poder hallar el título  
apropiado (lo que los excluye de todo reconocimiento).


IV


Suele creerse: un título es un arma. Y también: siempre es mejor  
andar armado.
La vida es una lucha, de la que sólo suelen salir airosos los que 
están mejor armados.

Hay quienes no conciben andar por la vida exhibiendo la carencia 
de títulos. Entienden que hay que poseer alguno para ser alguien, 
para no ser nadie, para formar parte de los que son.

Por eso, el cambio de identidad en la persona que se titula: cambia;  
un sujeto que deja de ser nadie para empezar a ser alguien. Ese  
alguien, ya es otro.
Por eso la expresión: “me recibí” ó “me voy a recibir”
(uno se recibe a sí mismo en calidad de otro: yo era un don nadie, 
ahora soy un bachiller.)
Un cambio sustancial, definitivo e irreversible.   De ahí la  
trascendencia,  uno no volverá a ser el que era.

Algunos llegan a esa instancia sin estar maduros, no se sienten 
preparados, en lo profundo de su psiquis, para semejante cambio.
Entonces, no pueden -quieren- recibirse. Quedan debiendo una  
materia ó  dos.

Incluso, se conocen casos de personas que completan una carrera, 
aprueban su última materia ó rinden su tesis y luego, no sólo no 
ejercen su profesión sino que ni siquiera retiran el título.
No por olvido, ó arrepentimiento; antes bien, por la incapacidad de  
asumir el cambio de identidad: No quieren ser otros.

Por último, este hecho también explica que sea común que, apenas  
obtenido el título, su titular mande a imprimir unas tarjetas: necesita  
presentar en sociedad su nueva identidad (ya no soy más aquel 
muchacho obscuro...).




V


Hay títulos que parecen más confiables que otros, pero quien sólo 
confía en un título, acaba dependiendo de los otros.

Y hay títulos que sólo sirven para acceder a otros títulos.

Así también, hay títulos cuyo valor decrece y se disipa con el tiempo:
Un escribiente, un taquidactilógrafo, un perfoverificador, etc.

(Acaso todos los títulos estén destinados a su depreciación en el tiempo).



martes, 15 de octubre de 2013

Trabajo seguro


(Carlos Inquilino)



Todos los trabajos son humanos,
menos los inhumanos, a saber:
infrahumanos y sobrehumanos,
podemos dividir.

Repetir es ocioso
pero necesario:

La necesidad es una experiencia que se repite
-conocemos la necesidad de repetir-
La repetición es el único modo de responder
a la necesidad y la única respuesta
que la necesidad reconoce.

La repetición es la única experiencia
necesaria para la vida -que es una experiencia
irrepetible-

El trabajo es una forma de repetición:
El trabajo de la repetición es un
trabajo seguro.

Repetir es humano.
Trabajar es humano.
Dividir es humano: El trabajo de la división
enriquece la vida ampliando el horizonte
humano y proveyendo nuevos sentidos
al trabajo de vivir -sólo concebimos una vida
divisible: vida útil y vida residual, vigilia y
sueño, tensión y reposo, cuerpo y alma...

La división del trabajo produce
sujetos divisibles e intercambiables.
El intercambio es necesario para la producción
de sujetos, tanto activos como pasivos: El
sujeto se divide: tanto el sujeto como el trabajo
evolucionan por división.

(La división del trabajo, hace posible la evolución,
la diversificación y el desarrollo de nuevas
divisiones y subdivisiones cada vez más calificadas
que responden a la demanda de mayor divisibilidad,
y a la necesidad de enfrentar la creación de nuevas
fuentes de trabajo divisible (la evolución brinda el
acceso a nuevas expresiones y calificaciones del trabajo:
Trabajo precarizado, trabajo tercerizado, sub-tercerizado,
trabajo en negro, trabajo esclavo, trabajo forzado y
trabajo sucio, entre otros...)

La división crea nuevas formas de intercambio.
Sin intercambio no hay comercio, y sin  comercio
no hay lenguaje ni hay sujeto y algo todavía peor:

No hay sexo; sin sexo no hay
deseo y sin deseo no hay interés:
Los intereses son inseparables del sujeto;
sujetos intercambiables se relacionan según
sus intereses y necesidades:

Hay intereses simples y compuestos,
como los sujetos.
Hay sujetos activos y pasivos,
como los intereses.

Todas las necesidades de un sujeto
son recurrentes.

Las necesidades laborales y sexuales
se resuelven según la capacidad de
repetición (el trabajo del sexo consiste
en mantener esa acción fruitiva: el
movimiento de la repetición aumenta
la tensión de los cuerpos hasta su resolución)


El comercio sexual
establece la división del trabajo.



lunes, 7 de octubre de 2013

Necesidades Naturales: la acumulación


(Por Remigio Remington)


La acumulación es una necesidad:
acumulamos necesidades y respuestas.
La acumulación da respuesta a necesidades
conocidas y futuras (el futuro nos es y será
desconocido)

Una cuestión de tiempo, acumular.
Acumulamos reservas, nos reservamos la
ocasión para seguir acumulando: acumulamos
pasado todo el tiempo.

El tiempo apremia, acumular tiene un premio:
quien supo acumular puede resistir más tiempo,
superar contratiempos. El tiempo es condición
para poder acumular: el tiempo acumulado
puede ser negociado (quien supo acumular,
puede negociar: sin acumulación no hay
excedente y sin excedente no hay intercambio)
a cambio: quien sabe negociar puede seguir
acumulando.

Todos acumulamos algo, aunque no tengamos
conciencia; hagamos memoria, la conciencia es
acumulación de juicios y valores establecidos
desde afuera e incorporados como propios.
Hacemos memoria: la memoria es información
acumulada.

Nadie pasa por la vida sin haber acumulado
algo (aprendemos a acumular, antes que nada)
Quien no puede acumular otra cosa, acumula
experiencia: un bien perecedero y casi siempre
inútil que ni siquiera puede transmitirse.

Para aprender, primero hay que aprender a
acumular conocimiento. Hay diversas teorías
del conocimiento acumuladas, pero se sabe
que todavía no conocemos lo suficiente como
para no necesitar seguir acumulando más
conocimiento.

La acumulación promueve la expansión
y la concentración, a pesar de ser términos
antagónicos. Pero las contradicciones
también puedes ser objeto de acumulación.

Toda acumulación siempre es parcial: una
acumulación exitosa no exime de tener
que seguir acumulando; por el contrario,
sienta las bases para futuras acumulaciones.

(La superación de esta contradicción
es una de las cuestiones sin resolución
que la humanidad viene acumulando
en el tiempo)

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Teoría del discurso político


(Monopsonio Fernández Holding)



Se necesitan nuevas divinidades,
las conocidas ya han consumido su vida útil
y se muestran incapaces de adaptarse
a la realidad cambiante de los tiempos que
corren.
Necesitamos nuevas divinidades,
más divisibles y versátiles, capaces de acompañar
nuestra evolución en términos de eficacia
y utilidad, en términos verosímiles, versátiles
y útiles.
Divinidades adaptables, ajustables a los diversos
y variables valores que el desarrollo impone
a la realidad constatable y verificable.
Se necesitan nuevas inversiones
en la producción divina
y en la producción teórica (todas las teorías
y todos los teoremas tributan a la intervención
divina)
Necesitamos profundizar las inversiones:
Necesitamos nuevos conceptos, que estén a la
altura de las circunstancias, que puedan
adaptarse a las necesidades presentes y futuras
propias de nuestra evolución indeclinable,
consolidando las premisas, reforzando los cimientos
y aumentando la base de sustentación de este
proyecto superior y acompañando el avance
inexorable de nuestra voluntad superadora, ante la
realidad de un mundo cambiante, dinámico y
emprendedor que no puede detenerse, y que
requiere cada vez más inversión para poder llevar
a cabo la optimización de los recursos naturales
que sólo así redundarán en la producción de
las utilidades necesarias para invertir en la
realización de nuestras más altas aspiraciones
de integración y crecimiento sostenido, con
objetivos claros, metas precisas, y sin dejar de
mantener el ritmo que impulsa nuestro desarrollo
sustentable.
Necesitamos nuevas divinidades.
Necesitamos nuevas inversiones.
Necesitamos nuevas necesidades.
Necesitamos nuevos conceptos
y nuevas formas de formularlos.
Somos optimistas:  sólo necesitamos
mantener el optimismo.
Digámoslo sin eufemismos:
Necesitamos nuevos eufemismos.




sábado, 14 de septiembre de 2013

El mundo de la moda

(Un texto de Dudamel Rambler)



La moda: Acaso la más alta expresión
del carácter efímero de nuestra cultura.

La Moda...
¿Por qué se siguen sus dictados?
¿Por qué seguimos? ¿Por qué la moda pasa?
¿Por qué todo pasa de moda?
¿Por qué pasamos?
¿Hay que huir del pasado?

La moda, género femenino, descansa en ese
género: sería difícil concebir su existencia sin
la presencia del género femenino...

Una mujer moderna no puede prescindir,
debe estar a la moda:
Una mujer que no se actualiza no tiene futuro.
Hay que actualizarse: hay que dejar atrás el
pasado para tener acceso al futuro, deslizarse.

El presente es lo que pasa; si uno se ata al pasado,
no pasa (No te van a dejar pasar así...)

No se puede estar fuera de uso:
Usar la misma vestimenta, el mismo desodorante, las
mismas palabras, la misma ideología, las mismas
emociones...

La moda viene a exorcizar nuestra idoneidad
repetitiva: podemos seguir repitiendo los mismos
errores, los mismos despropósitos siempre que
cambiemos nuestra apariencia.

Las modas permanecen efímeras.
Una fórmula exitosa que postula la prevalencia
de lo efímero (las fórmulas exitosas siempre
se repiten): Un movimiento continuo, que hay
que obedecer, sólo obedecer...

Centros de poder
que imponen cambios y modos de cambiar
Se debe obedecer,  seguir ese dictado, ese
dictamen, esa dictadura:  se debe ser adicto.

Se impone, se establece, se dicta:
Hay que observar, hay que copiar, hay que
adoptar:  adaptarse a los cambios
para mantenerse vigente

Vi gente correr, y no estabas tu
(estarías cambiándote)


sábado, 31 de agosto de 2013

Artificios naturales

(Vicente Narioh)


Doblegada la duda
en tiempo y forma, queda
el apego a la experiencia 
previa:  en vísperas de dudas
nuevas, consumimos

Consumimos experiencia
deseada e indeseada: la vida
-la consistencia deseada nunca
dura- no presupone ni requiere
una conciencia del consumo

Más sin necesidad no hay consumo
ni deseo. Es poco lo que puede
obtenerse del deseo: hay dudas,
decepción, desasosiego...

Algunos se mantienen a resguardo
aferrándose a la fe, amparados en la
sumisión a dudosas divinidades, u
observando las prescripciones del
asceta: “no desear en lo posible, nada
que deba obtenerse”

Se sabe: sin siembra no hay cosecha,
sin duda, sembrar dudas es un arte:
el arte nunca es un cultivo seguro -el
arte verdadero es tributario de la duda:
arte es tensión, es riesgo, nunca condición
segura.

Los sistemas de riesgo y aventura
radican en el conocimiento estricto
de unas formas dudosas:  el artista
crea formas, aún desde experiencias
cuestionables.

(El objeto de arte nos inquieta, interrumpe
el continuo fluir de los sentidos en la
percepción consciente e inconsciente, los
pone en duda haciéndonos dudar: nada es
lo que parece.)

El objeto del arte no es complacer, gustar,
buscar complicidades ó adhesiones, sino
objetar, reflejar, contradecir.

Pero sabemos: Sin deseo no hay arte,
la sublimación torna en objeto de consumo
al deseo más inconfesable...

Hay artistas y artesanos, pero no hay
un arte sano: los sanos aceptan la realidad
tal como es -ó como creen que es- No necesitan
agregar ó cambiar, ni inventar otra.
Quien se encuentra cómodo, conforme con lo que
lo rodea y consigo mismo, no hace arte, ni suele
hacer nada que valga la pena: no necesita expresar
ninguna disidencia, no necesita decirle nada al mundo.

La necesidad de hacer arte es necesidad artificial.
Todo lo artificial, existe desde la condición negativa:
Negar lo natural.
Artefactos y artificios a los que recurrimos en la
vida cotidiana, proceden del vínculo negativo
entre el hombre y la naturaleza:

En condiciones naturales, el hombre necesita
superar las condiciones naturales, y las combate
con mayor ó menor violencia.

El sujeto viene a contradecir (el sujeto es una
construcción artificial él mismo, para construir
su mundo artificial debe destruir el natural)

Hay artefactos, artificios y artilugios.
El artificio más logrado, el artificio por antonomasia,
y el artefacto más perfecto que pudo idear el hombre
para erigirse en amo de la naturaleza, es dios:

Único autor de toda la creación, la naturaleza es su
obra, y el hombre su criatura superior: todo lo que
hay sobre la tierra, debajo de la tierra, bajo el agua
ó en el aire, está allí sólo para satisfacer necesidades,
deseos y caprichos humanos.

Un dios que no se ve, pero ha dicho lo que tenía que
decir de una vez y para siempre: le ha enseñado a
discernir el bien y el mal y sus múltiples usos y
posibilidades de desarrollo.

Un dios que le hubo dicho:
Mata y come; ordeña y bebe; destruye, desmenuza
y sírvete: todo lo que vive sólo está para satisfacer
tu apetito, todo cuánto crece ó se mueve está destinado
a tu metabolismo superior.

Para despejar cualquier duda sobre nuestra
condición superior, el Señor nos hace saber
que estamos hechos a su imagen semejanza.

El otro artificio, que junto a la aprobación divina
permitió que el hombre dispusiera a su antojo
y se apropiara de todo cuanto existe,
es el lenguaje, por medio del cual se accede
a la palabra divina -propiedad- y a los títulos de
propiedad, así como permite al hombre conocer la
voluntad de su dios, sus leyes y sus mandamientos:

“En un principio fue el verbo”


 
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