(Epifanio Webber)
Creo que no merecimos ganar,
el resultado es engañoso, no
refleja lo ocurrido en el campo
de juego, donde fuimos claramente
superados.
Pero el fútbol es así, imprevisible,
injusto, y eso es lo bueno:
no respeta méritos ni lógica, no se
impone necesariamente el mejor.
Es lo que hace que nos apasionemos:
es lo suficientemente injusto como
para ser un sentimiento, un juego,
una pasión, un espectáculo, un
negocio y el deporte más popular
de las mayorías humanas.
Las pasiones no son justas,
son arbitrarias, son pasiones.
Tenemos derecho a festejar
Es posible que lo injusto se festeje más,
tal vez lo único que podamos celebrar
sea la injusticia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario