Translate

viernes, 31 de diciembre de 2021

Armonías

 

(Tomás Lovano)

 

El metabolismo de la muerte
roza la perfección
en un sentido armónico:

Vidas disipadas, ordenadas, útiles, fútiles,
dudosas, sacrificadas, licenciosas,
silenciosas, estruendosas, opacadas,
luminosas o extraviadas, resuelven
en una misma secuencia armónica


tan democrática como inopinable,
tan perfecta como irrefutable.


Sólo en esa resolución armónica
y definitiva, reposa la igualdad
de oportunidades.


martes, 28 de diciembre de 2021

El poeta funcional

 

(Aquino Lamas)

 

Los deseos son órdenes,
tengo para mi:
excepto los ajenos.

Nadie puede permanecer ajeno
al orden de lo deseable
por demasiado tiempo. Siempre
hay tiempo para desear algo
-aunque más no sea, el fin de la
sujeción a ese orden-

Una resolución, justa o injusta,
alivia esa tensión que el deseo
supo generar  (las tensiones, no
se sabe en qué terminan, mientras
que el reposo trae alivio: algo
deseable)

Pero no es el reposo un estado
que pueda mantenerse demasiado
tiempo  -aunque sabemos que a
cada minuto nos acercamos al
reposo definitivo-

Mis deseos son órdenes:
Sólo me mueven deseos autistas,
escribe el poeta autogestionado
-un self made man- desde su
ergástula ergonómica.

Soy yo y es ahora, se ordena.

Si fuera otro, no podría escribir
este poema. Acaso ni siquiera lo
leería.

¿Para qué perder tiempo incorporando
los residuos de deseos ajenos?

Tengo los míos, sin metáfora:
ellos no la necesitan.

No hay poema sin deseo, todos se arman
con los restos de deseos que no llegaron
a destino.

¿Cuál es el destino de un poema?
¿Ser leído?
¿Quién podría leerme mejor que yo?

El Otro leerá lo que quiera y como quiera
(Uno oye solo lo que quiere oir:  quien
quiera oir que oiga, no soy quien
para impedirlo)

¿Qué pedir a un poema?

Cada cual pide su deseo, una mueca,
una sentencia, un perfume, una señal
que comunique al sentido emotivo:
algo en que poder identificarse.

El otrO puede interpretar cualquier cosa,
y detenerse en cualquier parte, creyendo
detectar el sentido más profundo, el
verdadero sentido del poema, que suele
ser otro.

El otrO se desvía, porque es Otro:
Es natural, sigue su deseo, que es otro.

Yo no soy ningún OtrO

¿Qué esperar del deseo del Otro?

La única certeza es el desvío.
El poema es, en esencia, otro desvío:
materia residual, desechos de deseo
desviado de su función útil.

Un desvío que busca su forma
para resolver en otro provisorio
estado de reposo.

No hay otro sentido. Pero hay Otros, que
desean  -y acaso deseen lo mismo-

Lo cierto: Un poema puede adoptar distintas
formas, incluso aquella que todo lector de
poemas rechazaría.  Y es natural:

Sólo debe fidelidad al deseo original.

¿Un exceso?

El poema no espera un juicio justo
ni pregunta  alto quién vive.
No busca afinidades ni clientes,
ni cree en el adjetivo vivo.

Sabe que para estar vivo
es preciso ser excesivo.
 

domingo, 26 de diciembre de 2021

Nuevos vientos

 

(Teodoro Losper)

 

Parcialmente inestable,
se pronostican nuevas crisis
de identidades genéricas.

Soplan nuevos eventos meteorológicos,
metafóricos, ontológicos
y metametereológicos.

Los vientos autóctonos ya no enamoran.
Es necesario importar otros vientos
para generar empatía y atraer inversiones:

El viento luce como inversión segura.

Estudios académicos abonan nuestro discurso,
la ciencia es con nosotros. Ella ilumina
el camino y provée los instrumentos epistémicos
y los fundamentos verdaderos para alcanzar
el desarrollo sustentable.

No puede haber temor ni titubeos:
Con la verdad no ofendemos ni tememos.

Disponemos de los recursos que necesitamos
y también de los que otros necesitan.

Estamos en condiciones de generar
otras  condiciones: confiamos en la ciencia.



Las crisis son oportunidades de crecimiento.
Sin crecimiento no hay futuro  (más allá de
la repetición, un vicio retórico que no genera
nada interesante: un vicio inútil, más allá de
su función en los estribillos, secuencias
armónicas, ritmo, metabolismo, respiración
y sistema circulatorio, por no nombrar la
reproducción)

Estamos ante un nuevo desafío que requiere  
empatía y el esfuerzo de todos: Juntos podemos
reciclar la crisis.

Nadie tachado de sensato, en su sano juicio
puede desear no crecer, salvo el enemigo.

Sabemos que el enemigo no descansa
y es mutable como un virus.
Pero lo conocemos, en parte  
(todo conocimiento es parcial)
tanto como al enemigo interno
que permanece agazapado entre nosotros.

La producción de conocimiento
no se detiene, y está de nuestro lado:
es nuestro aliado incondicional para
generar las condiciones que necesitamos
y crecer sin límites.

Hay estudios que avalan y abonan
nuestro discurso  (incluso pueden hacerlo
con cualquier otro)

Apostamos a la inversión, con evidencia
científica:  estamos entrando en un futuro
reciclable.

Los economistas, hace tiempo se reciclan.

Hay estudios y documentos científicos:


son un buen abono
para compostar y reciclar.   

jueves, 23 de diciembre de 2021

El fin del ahorro

 

(Tomás Mercante)

 

La base del ahorro
está en la utilidad:
no es oro todo lo que reluce,
el reducidor lo sabe.

La reducción es útil,
para ahorrar palabras.

Hay un sentido útil
que es también el único
(para ahorrar palabras)

La palabra ahorrar
tiene tantas aplicaciones
como acepciones, podemos
aceptar en más de un sentido.

¿El ahorro es la base de la fortuna?

El útil observar los distintos
sentidos que parecen oponerse:

Uno, la suma, la acumulación
positiva en el tiempo, a partir
de la agregación metódica.

El otro es negativo:  la resta como
condición; reducir gastos para poder
acumular a cuenta de un futuro
disfrute.

El ahorro, reduciendo, sólo puede
ser posible en relación al tiempo,
como casi todo. Para los creyentes,
como para los simples mortales
que sólo creen en la propiedades de
la carne.

La pregunta que ahorra todo
a la hora de ahorrar:  ¿Qué es más
útil, el futuro o el presente?

La respuesta sólo puede ser subjetiva,
como todas las respuestas emitidas
al presente.

(Aunque el valor de la utilidad
permanece irreductible)

La significación del ahorro, varía
según las circunstancias, las épocas
y las condiciones subjetivas del ahorrista.

(Desde una visión objetiva, es claro
que para quien no sabe cuánto tiempo
le queda en este mundo de deudores,
acreedores, ahorristas  e inversores, no
tiene demasiado sentido ahorrar nada)


domingo, 19 de diciembre de 2021

Los verbos positivos: papar

 

(Dudamel Rambler)

 

Hoy tuve un pensamiento positivo
mientras papaba moscas.

Pensaba al papar, en escribir un paper
sobre el gramaje del papel humano
entre las moscas nativas.

No es una especie más, la mosca.
Una presencia que supo acompañarnos
a lo largo de toda nuestra discreta
historia.

Ahistóricas, las moscas no se alteran:
son siempre las mismas, no tienen  una
identidad individual;  a nuestros ojos
todas son iguales.

¿Esta mosca es la que estaba ayer?

No se puede afirmar nada, o sí:
Las moscas sólo viven el presente,
no especulan, no invierten, no sabemos
si saben papar.

La utilidad de las moscas es dudosa,
pensaba al papar.  Pero  ¿Quién soy yo
para juzgar la utilidad de otras especies
cuando no conozco la propia?

¿Tenemos las moscas que necesitamos?
¿O sólo las que merecemos?

Papando y pensando
encontré la respuesta que buscaba
al papar:  Si no hubiera moscas
¿qué estaría papando ahora?

Es útil despejar las dudas
para avanzar en el sentido positivo.

No tengo cifras definitivas, pero
hoy papé más moscas que ayer:

Un signo positivo, el incremento
de la actividad productiva genera
oportunidades de crecimiento genuino.
Verifiqué al papar.

La suma histórica de oportunidades
emitidas y aptitudes desarrolladas
para la evolución de las fuerzas productivas
a través de todos los papados, determina
la trazabilidad presente de nuestra
pequeña contribución al destino
superior de la biomasa existente.

Vamos por más, venimos a sumar.
Hay que asumir al enemigo interno
y pensar en positivo.

Algunos sostienen que ya todo fue
pensado. Repito al papar:
Qué no juzgue quien no quiera
ser juzgado.

¿Quién mi quita lo papado?

 

 

lunes, 13 de diciembre de 2021

Otro milagro malogrado

 

(Asensio Escalante)

 

La escritura es un acto de fe,
leía a un autor comprometido.
Compro: me dije y lo agendé
y salí a comprar un metro de fe.

La fe produce endorfinas, feromonas
y feligreses. Hasta donde sabemos,
los caminos de la fe son tan insondables
como infinitos.  

Damos fe: la fe produce mas de lo que
parece  (hay mucha producción imperceptible
o subrepticia)  y además, hace milagros.

Los misterios de la fe:  Sin misterio, no hay fe.
No es ningún misterio que la fe es una creación
y un recurso humano para dar respuesta a
aquello que la razón no podía explicar, cuando
la producción de conocimiento era incipiente
y nadie sensato podía pensar en la industria del
conocimiento, como ocurre hoy.

Hay cultos ocultos, cultos oficiales, suboficiales
y cultos subocultos: La libertad de cultos permite
que cada quien cultive y profese lo que desee.

Todos los cultos conviven en armonía, con o sin
milagro, y se atribuyen la exclusividad de la
verdad mientras se disputan los rebaños.

“Si los animales tuvieran religión, el humano
sería el diablo”

Pero no tienen, hasta donde sabemos: carecen de
fe -por eso no progresan- y no hay por qué preocuparse,
ellos aceptan su destino sin milagros, y conviven
en rebaños, manadas, cardúmenes, jaurías…
Felices en su ignorancia inorgánica.

Una antigua escuela poética japonesa, formulaba
como condición la presencia de algún animal en
el poema.

El presente, algo más ambicioso, los contiene a
todos y asume el compromiso de expandir su fe:
esta fe, este metro de fe sin conservantes.

Con un metro de fe, se puede hacer milagros,
me confesó la vendedora.

Nunca fui un hombre de fe, para ser sincero.
Pero en algo hay que creer...

Ahora, sólo creo en milagros.

sábado, 11 de diciembre de 2021

La posición tomada

 

(Aquino Lamas)

 

Gozo de una posición.

Me reconozco humilde en relación
a otras posiciones posibles o gozables.

Poseer es un verbo transitivo,
me hizo saber al pasar
un poseído ocasional.

(Las ocasiones pasan, mientras las
vocaciones dudan al pasar)

¿Sólo se goza lo que se posee?

El goce infinitivo sin el verbo poseer
es como el sujeto sin su adjetivo
posesivo:  carece de sentido.

¿Cuánta verdad podemos poseer?

Sin datos fidedignos, confiamos en la función
verbal, en el orden de la sintaxis y en los
recursos retóricos procedentes.  

Pero hay verbos que son pura metáfora.

¿Cuál es la función de la metáfora?

Un artificio, un recurso retórico que excede
la función poética y sirve para todo, como la
empatía, incluso para formular esta pregunta.

Pienso lo que poseo  ¿Poseo lo que pienso?
El pensamiento propio reconoce la posibilidad
de que otros piensen distinto. O, por el contrario,
estén pensando lo mismo  (generamos empatía)

Poseer, ser poseído, son formas posibles
e ilusorias de tramitar el goce, transitivo
o no.

¿Cuál es la función del sujeto?

¿Hay otra?

Hay que ser funcional:  Sólo así me reconozco
en relación al goce de mi posición en la circulación
de metáforas.

El sujeto, puede adoptar diversas posiciones
ante el cuerpo metafórico en desarrollo, y
adoptar el sentido que desee.

El intercambio de posiciones
puede enriquecer el vínculo y lubricar
el tránsito de un estado a otro
en el concierto de las nociones que conniven,
concomitan para acceder al goce del arte
de la metáfora.

Estoy cómodo en esta posición:
ahora ya no  (Una verdadera metáfora no tiene
por qué contener verdades, pero sabe: la realidad
está hecha de metáforas)

Un poema sin metáforas
puede resultar incómodo al lector metafórico
y despertar sospechas  ¿es un poema? ¿o sólo
un engaño?

Una realidad razonable:  

El hombre de la calle no necesita metáforas.
Aunque “una buena metáfora, es más real que el
hombre que pasa por la calle”

Estoy cómodo con mi posición, aunque no sea
una posición cómoda para un observador
independiente.

No sé si gozo, pero la comodidad es condición
para el goce de cualquier propiedad posible.

¿verdadero o falso?

(Pregunta la metáfora)
 

jueves, 9 de diciembre de 2021

Para nadar al nido

 

(Abel A. Borda)

 

Para nadar hasta el nido
no es preciso acaudalarse, acreditarse
ni caer en precipitaciones infundadas.

Hay un fondo común, los nidos
de palabras pueden reproducirse
en cualquier rincón o ángulo del agua
e incluso desarrollar en cautiverio.

Las palabras que se lleva el viento
no se cuentan entre las víctimas
exitosas, ni cantan celebrando su
cantidad.

Son cuantiosas las voces que se elevan
sin saber como caer.

Sabemos:  Saber nadar o dividir
no justifica el miedo medio
a la aventura de crecer sin causa.

Las aves saben aprovechar el viento,
el agua, lo no sonoro y sus corrientes
para llegar al nido y entrar
por la ventana si es preciso.

Airosas, las palabras no se descomponen
en el agua, flotan discretas en el río
como algunas aves, entre algas anfibias,
organismos que pacen y relucen
como preguntas autóctonas.

Ver vacilar el agua entre las sílabas
de un precipitado no equivale a ver
pasar las estaciones o contemplar
la flotación de aves o palabras
en el río  (el río no es nunca el mismo,
ellas lo saben y saben mantenerse a flote:
van y vienen, como la brisa al reirse)

martes, 7 de diciembre de 2021

El onanista enamorado

 

(Horacio Ruminal)

 

Hay especies hermafroditas, como el caracol,
que pueden adoptar indistintamente uno u otro
papel en el amor, o en el comercio sexual para
aquellos que entienden  que el amor es otra cosa,
y algo exclusivo del animal humano, una especie
superior.

¿Qué sabemos del amor?

No se puede ser objetivo en el amor.
El amor supremo, que inspiró a Coltrane en los
últimos destellos de su saxo, era ajeno al sexo y a
la carne.
Hay diversas formas de amor, pero para cualquier
creyente el amor por antonomasia, el amor de tu
vida y la de cualquier contribuyente sin distinción
de raza, credo, clase social o pertenencia política,
el amor remite al deseo, que se consuma en el sexo.

Los cuerpos se unen, se funden, se confunden, se
entregan, se poseen, se disponen y quien sabe
cuantos verbos más podrían concurrir a representar
el acto supremo del comercio carnal con dicho
sentimiento.

II
¿Somos superiores?

La cópula entre caracoles/as puede durar muchas
horas, para envidia de tanto libidinoso sexópata
que pulula entre nosotres.  ¿Cómo harían para
mantener sus erecciones, esos cuerpos elementales
hechos de pura agua?

No importa, es una mera cuestión biológica. Pero
el amor…
¿Quién puede pensar en un caracol enamorade?

No, no es amor, sólo se excitan respondiendo al
llamado de la carne, o del agua, o lo que sea:  es
sólo un mandato biológico.

El caracol enamorado no es posible, ante todo
porque no piensa. El amor es un sentimiento que
se arma en el intelecto, a partir de ciertos estímulos.
Para pensar en el amor, primero hay que poder pensar:

Pienso, luego amo.  No sé, lo voy a pensar…


III
Pero dejando de lado al caracol, que bastante tiene
con sus actividades esenciales (el sexo y la producción
de baba), no todo es intercambio en el amor:
Hay especies hermafroditas, capaces de auto reproducirse.
No necesitan  a otro, otra, otre; ni necesitan levantar la
autoestima para resultar deseables a otros ojos.
Cultivan el amor propio hasta sus últimas
consecuencias.
Quien sea capaz de desearse a sí mismo, tiene poco
por resolver en esta vida signada por el intercambio
(Claro, siempre que sea correspondido)

Faltaría agregar, que se ahorran el trámite de la
seducción, una práctica bastante difundida en la
Naturaleza: Algunos desarrollan movimientos
complejos en danzas ceremoniales, otros despliegan
sus colores o emiten cantos específicos, y están
aquellos que hacen gala de su destreza y poder
batiéndose con sus competidores. Lo animales humanos
solemos hacer todo eso y algunas otras cosas más
ridículas para conquistar al objeto de nuestro deseo.

Estas criaturas no, no necesitan conquistar ni ser
conquistadas:  el sujeto contiene a su propio objeto,
o viceversa, basta desear para obtener satisfacción, sin
intermediarios.

Puede parecer algo indeseable para nuestra naturaleza
superior, signada por el intercambio  (de fluídos, objetos,
palabras, mercancías, valores), la competencia y el amor
al prójimo.


IV
Aceptamos y practicamos el sexo sin amor, y la libre
práctica de todas las opciones posibles del sexo
consentido.  Pero hay un sentido más difícil de aceptar:
La negación de la dependencia.
Ser es depender, desde el metabolismo hasta el amor;
desde la configuración genética heredada hasta la
condición histórica del sujeto y sus formas de acceder
al goce.  El ser social, siempre dependió: Nació de la
aceptación de la dependencia y sabe que depende y
siempre dependerá de otros, aunque pueda gozar de
algunas libertades en su intimidad inapropiable, como
elegir los medios para obtener su goce, con quien
tramitarlo, producirlo o ¿compartirlo?

¿Se puede compartir? ¿es social, el goce?
La percepción del goce del otro, puede estimular
el propio, pero ¿compartimos el goce, o sólo una
actividad que lleva a él, en la que el otro es sólo
un medio para obtenerlo?


V
“Nunca amamos a nadie. Amamos, tan solo, a la idea
que nos hacemos de alguien. Es a un concepto nuestro
-en suma, a nosotros mismos- a lo que amamos.

En el amor sexual, buscamos un placer nuestro dado
por intermedio de un cuerpo extraño. En el amor no
sexual, buscamos un placer dado por intermedio de una   
idea nuestra.

El onanista es abyecto, pero, en exacta verdad, es la
perfecta expresión lógica del amante. Es el único que
no disimula ni se engaña”

           Fernando Pessoa  (Libro del desasosiego)


VI
La poesía, puede a veces revelar aquello que desde
otras disciplinas del conocimiento permanece en la
oscuridad.

El onanista es abyecto…

Como esos organismos hermafroditas y autosuficientes,
no depende, más allá de su fantasía. Se autosatisface, se
autoexcluye del mercado sexual y sus condiciones que,
según las circunstancias, pueden resultar arbitrarias:  No
todos gozamos de las mismas oportunidades.

¿No se enamora?

Sí, acaso más que cualquier mortal, según expertos en
esta disciplina: la intensidad excesiva de su deseo, eleva
al objeto a un lugar sin esperanzas de ser alcanzado por
un abyecto como él.
Es, en esencia, un idealista que aspira a la perfección.
No toleraría la decepción, y sabe que ninguna relación
es perfecta.


Pero esos seres hermafroditas y autosuficientes, no nos
resultan abyectos, sino algo extraño y curioso.
¿Por qué?


1) Porque están fuera de nuestro orden, no pertenecen a
    nuestra especie.
2) Porque pueden reproducirse y cumplir con el mandato
    biológico y las leyes naturales. Cumplen, a su modo,
    con su deber de preservar la especie: Producen nuevos
    individuos.

El onanista no produce nada, más allá de su propio goce,
siempre sospechoso  (El goce, es un señuelo, un artificio
biológico para favorecer la reproducción y perpetuar las
especies que gozan)  y sin una función social ni biológica.



VII
¿Somos superiores, respecto de los autosuficientes?
Sí, para la biología, la reproducción entre dos
redunda en ventaja evolutiva, por el intercambio de
material genético.  La reproducción unimembre, solo
replica la información exacta del amante autónomo.
La selección natural, queda reducida a los cambios
adaptativos que incorpora la experiencia individual.

Es decir, que al cabo de miles o millones de años, la
evolución registrada será casi nula.

Nuestra naturaleza superior, producto del intercambio,
sucesivas adaptaciones selectivas, junto al comercio
genético, operó el sentido evolutivo en nuestra breve
pero agitada historia filogénica y ontogénica, dotándonos
de los medios para modificar la realidad, la Naturaleza
(y a su vez, ser modificados por los cambios que
producimos) trascendiendo el Orden Natural a partir
de la conquista de la conciencia, el acceso al Orden
Simbólico, el desarrollo del pensamiento abstracto y
la producción de conocimiento.


VIII
Pareciera ocioso, desde el estado evolutivo alcanzado,
cada vez más provisorio, preguntarse si somos superiores:

Mientras estas criaturas elementales se replican a sí
mismas, obteniendo siempre el mismo resultado,
nosotros, como vanguardia evolutiva del mundo sensible,
construimos civilizaciones altamente desarrolladas y
disponemos del conocimiento y recursos tecnológicos
que nos permiten saborear el éxito de la clonación
humana.  

Nuestros clones, serán capaces de verificar hasta que
punto el onanista es abyecto, sin duda.

Y todo gracias al amor, como cantaba el rey. 




viernes, 3 de diciembre de 2021

La última palabra

 

(Aquino Lamas)

 

Nunca tuve la última palabra,
pero no fue impedimento
para pronunciarme, ya a favor
o en contra de los límites que fluyen
a ambos lados de la palabra última.

Tampoco recuerdo mis primeras
palabras, aunque es probable que
haya querido decir otra cosa, como
sugiere el predictor.

Es irrelevante, lo importante no es
lo que se dice, sino cómo  -la forma-
(decía alguien que conozco, que acaso
lo escuchó de otro y le gustó la forma
en que lo dijo)

No importa quien lo dijo primero, ni
quien tiene la última palabra.

Hay formas:
¿Cuántas versiones puede haber de un
mismo tema? ¿No hay, incluso, alguna
que supera al original?

No tengo todavía la última palabra,
pero hay otras con que seguir la cadena
de oraciones, hasta llegar a la meta, a la
Meca, o al cierre definitivo. En fin:

Cuando llega el fin, cualquier palabra
puede servir de última, hasta ésta.




 
Licencia Creative Commons
http//ahoraqueestasausente.blogspot.com se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.