Translate

miércoles, 25 de agosto de 2021

El perdón divino

 

(Tomás Lovano)

 

-He pecado en vano, Padre.

-No debes vanagloriarte, hijo.  Nadie es
 quien para juzgar la vanidad de nuestros
 actos y pensamientos, salvo El, que todo
 lo sabe y todo lo perdona.

-Ahora peco poco, pero supe pecar en forma
 recurrente en mis buenos tiempos…

-La compulsión, la repetición y la compulsión
 a la repetición son parte de nuestra naturaleza.
 Nuestro Creador lo dispuso así, y es poco lo
 que podemos hacer… Pero su Amor infinito
 nos perdona todo

-Perdón, Padre...¿Y porqué perdona tanto? ¿No
 sería más justo que..?

-No preguntes lo que no debes, hijo. Menos averigua
 Dios y perdona.

-Perdón, Padre...

lunes, 23 de agosto de 2021

El precio justo

 

(Ricardo Mansoler)

 

Deudas dudosas
y dudas que se heredan.
La doble d
de deudos y dudosos acreedores
se enreda en esa voz compuesta
que produce:  el sujeto.

El sujeto dudoso y dividido,
individuo genérico de una especie agresiva,
egoísta, invasora y oportunista.

El sujeto goza de su condición binaria:
emisor y receptor,
deudor y acreedor,
activo y pasivo,
según convenga a su metabolismo
de sujeto.

Todos somos dadores y receptores.
¿Nos debemos una explicación?
¿A quién pedir?

¿Está bien pedir?
-Depende, es mejor dar.

¿Está bien dar?
-Depende del objeto:
Hay quien da para recibir, en ese caso
justifica, es útil  (los bancos, organismos
de crédito, prestamistas, usureros y amantes)
Hay un fin, responde a la lógica económica.

Dar por dar, sin contraprestación, es tan
ocioso como improductivo. No genera nada,
no produce utilidad ni crea riqueza.

El altruísmo es un anacronismo, un
atavismo, un desvío del mandato evolutivo.

La teoría del gen altruísta, fracasó.
No pudo ser verificada,
y el joven Price pagó su precio.

Se aceptó que era lo contrario:
el supuesto altruísmo que entusiasmó
al joven químico con su ecuación brillante,
enmascaraba al gen egoísta,
que se impuso, como siempre.

La ciencia no pudo verificar
el gen altruísta, ni quiso,
y el joven Precio perdió su empleo,
su familia, su casa y después de
deshacerse de sus pocas pertenencias
en favor de aquellos que carecían de todo,
terminó en la calle, con ellos, y abrazó
la fe católica, que siempre había rechazado
como cualquier científico que se precie,
en busca del gen altruísta:  

George Price o Jorge Precio..,
un científico egoísta
que apostó al altruísmo, tal vez siga buscando
aquel extraño gen, después de suicidado,
entre ángeles, arcángeles, querubines
y acaso un ser afín... 


viernes, 20 de agosto de 2021

El círculo perfecto

 

(Onésimo Evans)

 

Ningún círculo es perfecto


(pero es bello concebir
que circulamos en armonía
cósmica, que las ideas circulan
libremente y todo es parte
de un circuito superior que
tiene a la perfección
como fin último, mientras confiamos
en palabras que circulan, redondeando
nuevas ideas, más o menos bellas
o felices, y observamos leyes,
cuadraturas, órbitas y obras humanas
que circulan con mayor o menor
fortuna)

En un círculo vicioso
nada es azaroso.

El movimiento uniforme
y el sentido único
garantizan el éxito:

un viaje seguro,
no es preciso cobrar conciencia
ni pagar peaje.

(este pasaje puede ser reproducido,
es de libre circulación)

II

El éxito de la repetición
redunda en la proliferación
de bellas imágenes y nociones
de apariencia novedosa, que
tributan a modelos circulares:

Círculo cerrado, radio de acción,
altas esferas, redes neuronales que
conectan círculos circunvecinos
con metáforas simétricas
que se reconocen entre sí,
redondas y perfectas:

Economía circular,
no hay desperdicio, todo se recicla
en el círculo vicioso.

Ningún círculo es perfecto,
pero todas las disciplinas que circulan
le asignan un lugar central, un valor
axial en la evolución del conocimiento.

Entre las figuras geométricas conocidas,
es, sin duda, la más perfecta y útil:
Permite extraer una información
casi infinita  (el movimiento circular
nos ayuda a concebir la noción de
infinito)

El tiempo circular, los ciclos que suceden,
especies que perecen y perimen
en el marco del perímetro evolutivo.

Todo circula, no hay vida sin circulación.

 

III

Salgo a circular,
doy un rodeo.
Giro,
miro a la redonda:
ningún merodeador alrededor
rondando, excepto yo,
observador imaginario
en el centro del poema circular
que se reinicia, en virtud
de sus materiales reciclables.

Salgo a calibrar
y vuelvo, corroboro:

Lo importante es circular,
el sentido es indistinto,
todo vuelve:

el círculo cerrado es un pleonasmo.

Ningún círculo es perfecto,

 


jueves, 19 de agosto de 2021

El genio

 

(Carlos Inquilino)

 

No pude con mi genio,
una presencia atosigante,
incómoda, invasiva. Siempre
fatigándome, interviniendo
mis decisiones  poéticas,

observándome escribir,
controlando mis impulsos
autóctonos, reemplazando y
anulando los excesos naturales
del poema, para dar forma a otros
sentidos psudopódicos: un texto extraño,
donde casi no podía reconocerme.

No pude con mi genio,
bastaba que escribiera una palabra
para que la sacara de contexto.

No podía:  era él o yo
¿Quién oyó?
Hubiera escrito él con esta mano.

Eugenio se llamaba, decía haber
habitado el alma de un poeta
olvidado.

Durante años lo soporté
con resignación, por una cuestión
de convivencia:  Detesto la violencia.
Pero la paciencia se agota, como la
inspiración y la memoria.

Lo recuerdo todavía:
inclinado sobre mi,
a mi siniestra, dispuesto a doblegar
mi voluntad  -por cierto débil,
reconozco-  terciando en el precipitado
del poema para obtener el suyo:

Un fluído espeso de palabras en tensión,
una retórica retorcida, soporte de ideas
vacilantes, que se abrían a la oscuridad
de los sentidos, para disolverse luego
en una espuma espúrea, más oscura
que cualquier aspiración humana.


Textura disolvente,  tránsito lento,
un poema espasmódico
que rechazaba toda mampostería
sin seguir ningún patrón semántico.

Tan geniales que nadie entendía
ni leía, salvo yo, obligado
a leerme.

No pude con mi genio:
Me cansé y se lo eché
a los perros.

(Debe andar por ahí:  no tengo
perro y mis gatos son selectivos,
no comen cualquier cosa)

lunes, 16 de agosto de 2021

Un poema de aire

 

(Epifanio Weber)

 

Yo tengo tantas hormonas
que no las puedo contar
solía escribir con su dedo gordo
en el aire un portador sano.

El aire no engorda
como el ojo del amo,
pero está infestado
de aspiraciones truncas.

El aire es buen conductor,
pero está lleno de ventosidades.

Escribir en el aire
minimiza los riesgos del poema:
a las palabras, como sabemos,
se las lleva el viento, gracias
a la sabiduría popular.

Hay feromonas, serotonina,
adrenalina, dopamina
y alguna otra que se me escapa
por la falta de esa hormona que
ahora no recuerdo.

¡Cantemos a las hormonas,
a la producción de hormonas libres
y a la liberación  
de las fuerzas productivas!

Yo tengo tantas hormonas
que no las puedo contar,
solía escribir con su dedo
gordo en el aire un portador sano,
un servidor asintomático
a ultranza.

Escribir en el aire
es una decisión de baja calidad
leí en un instructivo de liderazgo,
autoayuda y superación permanente.

Yo probé escribir en el aire,
tengo varios volúmenes, pero
lo descarté:  resulta bastante fatigoso
a la hora de corregir.

Soplan nuevos vientos
entre las palabras, ellas se llevan
bien con el viento; como el benteveo.

El viento es aire en movimiento,
como las palabras que se lleva
y las que rechaza, que no son pocas.

No llevo la cuenta:  tengo tantas
hormonas que no necesito contar
con palabras.

A la hora de ahorrar, prefiero ahorrar
palabras. Las hormonas no cuentan
ni necesitan.

No, no hacen falta muchas palabras
para escribir un poema incalculable
de aire, y salir airoso.

Pero el aire está enviciado,
es cada vez más raro
ver aire sin enrarecerse.
 


jueves, 12 de agosto de 2021

La zamba del nicho

 

 

(Horacio Ruminal)

 

Esta noche
desciendo de este nicho.

Ya escribí
sobre nichos, “El sueño
del nicho” y “El sueño
del nicho propio”…

No recuerdo el orden
cronológico ni el
necrológico, no recuerdo
cuantos nichos y poemas 

con nichos pude armar:

Creo que encontré un nicho,
o lo edifiqué
entre los nichos del lenguaje.

Esta noche desciendo
de este nicho:  Hay nichos
que resisten una noche
y son buenos, los hay que
resisten muchas noches y
son mejores, y hay nichos
descartables.

Esta noche no descarto nada.

Cada día, la noche descarta
algunos nichos.  La ciudad
está henchida de nichos que
conviven. Cada nicho es un
mundo, una historia.

La ciudad es un gran nicho
que contiene cuerpos hacinados
en nichos y subnichos.

Hay nichos que se encienden
y se apagan, y hay nichos que
descienden.

Esta noche, desciendo de este
nicho:    es lo que hay,
aunque hay mucho nicho
disponible, accesible y adaptable.

Hay nichos y nichos, hay guaridas
y refugios, latebras y escondrijos,
aguantaderos y tugurios, y hay
ergástulas más oscuras que la noche.

Pero hay nichos confortables, funcionales,
ergonómicos, nichos de alta gama
reprogramables y reciclables.

Y también, nichos que no son lo que prometen
-los nichos chinos no son para confiar-

Hay nichos descartables y nichos
para pasar una noche inolvidable
-para pasar una noche inolvidable, sólo
es preciso haber acumulado suficientes
noches olvidables-

Vengo desde el olvido,
dice la zamba que ahora suena
en este nicho, mientras la noche
sigue descendiendo. 



lunes, 9 de agosto de 2021

Contribución a la crítica de la fuhción poética

 

 

(Aquino Lamas) 


¿Tenemos los poemas que necesitamos?

Hay, al menos, dos lecturas encontradas:

a) Los datos de la realidad exhiben una
evidencia:  La cantidad existente, excede
con creces las posibilidades del lector
promedio y de cualquier otro, incluso del
lector patológico cuyo deseo de incorporar
y acumular lecturas poéticas, no conoce fin.
Cabe agregar, que esta cantidad no es estable
y por el contrario, sufre una agregación continua
por lo que se multiplica a cada minuto.

Luego:  No tenemos los poemas que necesitamos,
la cantidad disponible, excede largamente a la
necesidad.

b) Esta lectura, más simple, abreva en argumento
empírico:  Hacemos poemas.  No haríamos algo
que no necesitáramos.  Debe haber alguna
necesidad, cuando menos la del emisor.

Luego: No tenemos los poemas que necesitamos.


II
Ahora, tenemos dos lecturas encontradas, que
concurren a una respuesta correcta y positiva:

No,

aún no tenemos los poemas que necesitamos.
En consecuencia, es razonable y sensato seguir
intentando y contribuyendo a la acumulación
de stock:

La producción versátil no puede detenerse
ni discontinuarse.

El estado poético reclama la continuidad
en su condición significante:  
estímulo - respuesta
causa - efecto  o  sonido – sentido
producen y reproducen su propia continuidad
como un universo que no conoce límites.

¿Tenemos los poemas que necesitamos?

El poema no da respuestas,
pero puede preguntarlo todo
aunque no sirva de nada.

Su pregunta no molesta (aunque se repita como vicio)

¿Tenemos los vicios que necesitamos?

domingo, 8 de agosto de 2021

Carnero de dios

 

(Carlos Inquilino)

 

El carnero no come carne
a diferencia del carnicero

que contiene
un cero  -cero negativo-
oquedad, vacío, a obturar con algo 

distinto de cero, como carne.

Carnero de dios,
carnicero divino.

Arúspices, creyentes, auspiciantes,
oyentes y paseantes, aspirantes…

participan de la faena de la fe.

Los cortesanos obtienen los mejores
cortes:  el vacío es un corte apreciado
por propios y extraños:

Elevemos una oración al vacío,
elevemos una oración al brillo
del acero, aparcero, que separa
en cortes sanos lo que dios unió:
la carne.

Elevemos:  una oración al resero
y a la resiliencia de la res
y a las respuestas vacantes
en orden descendiente.

Elevemos una oración al sistema
binario junto al vino, que es la sangre
de dios, y a estos binoculares
de última generación, que permiten
ver a dios, en su carnicería  -todas
las carnicerías son emanaciones divinas-
eligiendo sus cortes. 



(De "Poemas encarnados y faenados")

sábado, 7 de agosto de 2021

¿Bailamos?

 

(Horacio Ruminal)

 

Por la plata baila el mono,
yo no:

entre las habilidades que puede
desarrollar el primate superior
esa no me incluyó.

Por la plata baila el mono
¿qué pensará el mono?
¿piensa?

No, está bailando: cuando baila
no piensa.

¿Qué estás pensando?  -me pregunta
el mono que baila dentro de mi-

Pienso que no, no se necesita pensar
para bailar, basta con seguir el ritmo,
limitarse a imitar  -como cualquier
mono que se precie-  y repetir:

Obedecer y repetir.

Nunca fui bueno obedeciendo:

entre las habilidades que puede
desarrollar un primate superior
esa no me incluyó.

El mono que piensa.  Pienso,
la evocación de esa metáfora
taxonómica tiene sus bemoles.

Veámosles:  

Este mono, desnudo, antropocéntrico
descarta que otros monos piensen,
pero a la vez nos recuerda
nuestra pertenencia al reino animal.

No está mal recordarlo,
hay que saber pertenecer:

Pertenecemos a la familia
de los  animales que bailan.

El baile ejercita el mvimiento rítmico,
la mímesis y el sentido de pertenencia.

También sirve, la metáfora, para evocar
otra:  El mono desnudo, el libro de
Desmond Morris leído hace tantos años
y perfectamente olvidado, como todos
-se lee para ejercitar el olvido,
hay mucho que olvidar-

Pero puedo evocar el nombre del autor,
no es poco; a cierta altura, la vida es
pura evocación.

No se requiere vocación para evocar
metáforas felices, o momentos felices
sin metáforas:  una canción, un aroma,
una cita fortuita, restos de deseo sin
consumar o un baile al que tal vez
asistimos, aunque no bailáramos.

El baile ejercita el mvimiento rítmico,
la mímesis y el sentido de pertenencia:

Unos bailan, 

                    otros vacilan,

                                          otros observan.




jueves, 5 de agosto de 2021

Naturama

 

 

(Tomás Lovano)

 

Tal vez la cabra se acuerde
del carbón imberbe,
aquel que ayer no mascullaba
y ayer nomás callaba
para no mentir, mentar, montar
una emboscada en el horizonte
del desmonte.

Tal vez la cabra no,
la chiva.
Tal vez el carbón se acuerde
de la chiva del cabrón
que lo quemaba.

Cabra o chiva
en la envergadura imberbe
de ese nombre que madura
en la memoria del carbón quemado:

¿cuánto no se cobra?

Madera que tal vez ni se acuerde
de raíces o semilla imberbe:

todo puede servir de algo

(la madera es la madre de todos
los recursos naturales, casi tan
útil como la metonimia y la memoria,
un recurso noble, de buena madera

"Conozco muchos
hombres con serruchos
Conozco apenas,
hombres con madera" )



II
Tal vez el carbón se acuerde
de la cabra imberbe
del Sargento Cabral
o del chivo expiatorio rotisado.

O no,
tal vez el carbón ni se acuerde
de haber servido a otras vidas
y que en el humo iba al cielo
de la experiencia humana.

No hay vida sin carbono,
pero la vida quema,
se quema hasta ser ceniza.

brilla el carbunclo.

(Cenizas de cabra, chivo, madera
o cenizas humanas, abonan la tierra
por igual)

 

martes, 3 de agosto de 2021

Autoconocimiento

 

(Epifanio Weber)

 

Conozco mis límites,
estoy en condiciones de afirmar,
como podría afirmar cualquier
otra cosa:   La libertad surge  
del conocimiento, del conocimiento
de los límites.

Conozco mis límites,
un conocimiento parcial:
el autoconocimiento no conoce fin,
nunca terminamos de conocernos,
es un camino de ida, sin retorno,
como la vida misma.

No es lo mismo conocer que ignorar,
la producción de conocimiento
propio tiene sus dificultades, pero
es el único medio para acceder al
reconocimiento:  Necesitamos ser
reconocidos, lo que no es fácil
en estos tiempos de tensiones y
conflictos, donde todo parece
dirimirse en la alta competencia.

Obtener reconocimiento de otros
es trabajoso, una aspiración que puede
sumirnos en el desaliento, la decepción
y el ostracismo.

Sin embargo, invirtiendo esa energía
en el propio conocimiento, generamos
las condiciones para obtener, al menos,
el reconocimiento propio:

Conozco mis límites.

Ser no es conocer:
conocer no es ser  -no se sabe
qué es el ser-  pero a partir del
autoconocimiento, podemos conocer
nuestros límites y contemplar,
con cierta objetividad e indiferencia
todo aquello que nunca podremos ser.

En conclusión, el autoconocimiento
es de suma utilidad para saber descartar
tantas opciones que sólo agregarían
conflicto a la vida del mortal que, como
sabemos, es puro conflicto.

Sólo quien se conoce a sí mismo
puede entablar relaciones productivas
y disfrutar, tanto de sus propias capacidades
como de sus incapacidades naturales o
adquiridas y sus limitaciones.

Los límites son oportunidades
de conocimiento.

Conozco mis límites, aunque
no me siento reconocido.


lunes, 2 de agosto de 2021

La vocación faltante

 

(Aquino Lamas)

 

Registran un aumento
en el número de vocaciones,
pero son guarismos difusos,
cifras dispersas:

Se tiende a la dispersión.

A la vez, crece la disposición
a la disipación en la población
bajo diversas formas de ocupación.

Hay nuevas pasiones en circulación,
pero cada vez más bajas
en intensidad y altura.

Es rara la vocación innata
que mueve a la pasión incontestable.

El exceso de estímulos externos
poco contribuye a abocarse
al desarrollo activo de la pasión
expresada en una vocación única,
precisa y tan unimembre como
insoslayable.

A mi me llevó bastante tiempo
descubrir que carecía de vocación
propia, y reconocer la inclinación
natural a la disipación.

Ahora, habiéndolo elaborado y asumido
consecutivamente, puedo reconocer
las ventajas de la falta de vocación
y apasionarme con cualquier cosa,

inclusive.


domingo, 1 de agosto de 2021

Aranceles naturales

 

 

(Pablo Dudaner)

 

Aranceles a granel
legítimos y auténticos
carnales aranceles
aceleran la descomposición
del mundo sensible
en guarismos ajustables
y algoritmos inteligentes

¿sabías que la luz también
se descompone?

La verdadera luz nunca la ves,
es un espectro, un efecto
que produce la ilusión de los
sentidos.

Celestes aranceles
despliegan sus rizomas
como axiomas cavernosos,
segmentan los pigmentos,
celebran los reflejos ácaros
del arándano en el tóxico.

Los aranceles crecen
y se expanden,
como el espam.

Hay nuevos aranceles para
la carne que se exporta, pero
hay carnadas importadas en
liquidación  

(puedo enseñarte a pescar,
pero no seguir tu anzuelo)

Los aranceles besan y se van,
en los dinteles, en el pescante
y en los espineles, los aranceles
viven, crecen y se expanden.

Los aranceles besan y se van,
son reemplazables como el pan,
pierden vigencia a diferencia
de la virgen -cita-  de Luján.

Hay nuevos aranceles
hay que estar disponible
a toda novedad:

Hay actualizaciones pendientes.

Los aranceles besan y se van,
no esperan, no saben esperar:

Los aranceles besan y se van. 



 
Licencia Creative Commons
http//ahoraqueestasausente.blogspot.com se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.