(Esther Miño)
La libertad, es lo único que merece
ser defendido hasta las últimas
consecuencias:
Un pensamiento que puede desarrollarse
en cautiverio, emitido hace siglos
cuando poetas y filósofos no se habían
dividido: solían convivir en buenos términos
en un mismo sujeto.
Sin duda, se trataba de un incompetente,
ya sea como filósofo o como poeta:
No es posible defender aquello que no
se posee. La conquista de la libertad es
una aspiración antigua, una lucha que
lleva casi tanto tiempo como nuestra
Historia, y está lejos de terminar:
Estamos perdiendo.
II
Los defensores de esta idea, solemos
ser combatidos por todos los medios.
Conocemos el peligro, la incomprensión,
la soledad y hasta la indiferencia.
Pero no estamos solos, sabemos que
hay otros que resisten, bajo diversas
formas: Hay muchas maneras de asumir
y entender la causa de la libertad:
Hay librepensadores, libertarios, liberales,
libertinos, librecambistas, y están los
jóvenes para la liberación.
Observamos y asistimos a nuevas formas
de restricción de las libertades, bajo
argumentos aceptables.
Hay consenso en que el crecimiento de la
población y de las necesidades, requiere
establecer nuevos límites y restringir
libertades para mantener el orden.
III
Podemos compartir, o no, el pensamiento
del poeta incompetente. Gozamos de la
libertad de compartir hasta las ideas más
absurdas. Todas tienen derecho a competir:
Gozamos de la libre competencia.
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