(Periferio Gómara)
No hay cura para el curioso
que se acerca al pozo atraído
por el vacío novedoso.
No lo cura el reposo,
ni lo alivia la locura ajena
al atisbarla.
Aquí no hay nada para curiosear,
es una pena,
rezaba el poema fuera de contexto,
sintiéndose observado.
(No es curioso observar, que dentro
de un poema, siempre hay otro,
más lejano, huyendo de su otro)
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