(Aquino Lamas)
Zigzaguenates cual zánganos morosos,
signos de quietud rozagaban
el aire vespertino.
Era para sospechar, la quietud suele
ser engañosa y ocultar algo más
que la ausencia de movimiento.
El exceso de quietud no es nunca
un buen augurio:
Del agua estancada, espera veneno,
decía William Blake.
No es fácil interpretar el movimiento
de los signos de quietud. Interpretar
los signos es todo es un arte:
Ocultan más de lo que significan.
Éste sería motivo suficiente
para volver necesario el arte.
Aunque los artistas no suelen conocer
el verdadero significado de lo que
desocultan -revelar es bastante-
Para eso están los filósofos, que saben
profundizar y producir otras interpretaciones:
Alguna puede sospecharse verdadera,
aunque todas son provisorias.
Sabemos que el camino a la verdad, es
a menudo sinuoso, zigzagueante.
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