(Serafín Cuesta)
No hagas nada que no pueda
deshacerse. Hay un margen de error
que no nos abandona.
Quien se pretenda responsable,
debería pensar bastante
antes de actuar, en un sentido
u otro.
Y considerar la posibilidad
de anularlo, al menos parcialmente.
Ante la duda, es preferible abstenerse,
concentrar toda la energía
en la inacción, y esperar que decline
el impulso dudoso.
Si no se consigue la concentración
necesaria o no fuera lo suficientemente
intensa para resistir la comisión de
la acción, es conveniente inclinarse
por una acición parcial, incompleta:
Las parcialidades suelen ser arbitrarias,
pero es más fácil deshacer una parte
que el todo.
Siempre hay un margen de error
que nos inclina a ser parciales
en nuestros actos, apreciaciones
y pronunciamientos:
La neutralidad, es un estado extraño
para la conciencia, tanto como el
estado de reposo.
Seamos responsables, reflexionemos
a conciencia antes de hacer algo
sin retorno:
No siempre se puede volver a cero,
y el cero ya lo tenemos:
es tan nuestro como neutro.
No hagas nada por obligación
o compromiso, sino por amor.
Hay un margen de error, pero no hay
tracción ni impulso más confiable
que el amor.
Recuerda que el amor es compromiso.
No te traiciones.