(Serafín Cuesta)
Intentaré reproducir un sueño inédito:
Me veía en el cuerpo de un reptil alado,
soberbio, impar, implume, anómalo entre
los animales clasificados disponibles.
De un tamaño prodigioso, podía reptar,
volar, nadar, arrastrarme y cabalgar entre
otras cosas, con un respeto unánime
de todo cuanto se mueve en este valle.
¿Cómo no gozar esa experiencia única?
Sentía que el mundo me pertenecía,
podía elegir lo que me apeteciera
y tomarlo sin más trámite.
No tenía nada que temer, y todos me
temían: Mis fauces y mis garras
persuadían e intimidaban hasta al mejor
dotado de los predadores naturales.
Todos sabían, o percibían que podían
convertirse en mi presa, si yo lo decidía.
Ninguno gozaba de este poder disuasivo
ni algo semejante.
Hasta mi aliento temian…
Gozaba conociendo que todos reconocían
mi superioridad incontestable, y aceptaban
su condición subalterna.
Muchos trataban de ocultarse a mi vista,
por instinto, aunque sabían que no me
costaría mucho detectarlos y capturarlos:
Toda forma semoviente, autóctona o dudosa
estaba a mi disposición. No existía nada
vivo cuya vida no dependiera de mi
decisión:
Hasta las más antojadizas se cumplían
sin atenuantes, ni condiciones.
Pero mi goce se extendía más allá del poder
vinculado a funciones metabólicas: Podía
gozar de sentimientos poco comunes, como
la magnanimidad, algo propio y exclusivo
de la grandeza de aquellos que no tienen
nada ante qué inclinarse:
Me daba placer perdonar algunas vidas
miserables; entre tantos condenados
uno puede despertar un brote de empatía
o compasión hacia los más débiles.
Disfrutaba esa situación, me hacía el
desentendido mostrándome indiferente,
como si estuviera reflexionando en cosas
más profundas.
De pronto levantaba vuelo hacia otra parte.
Siempre hay otra parte en los sueños.
El paisaje onírico es casi infinito:
Podía moverme a mi antojo y elegir
lo que quisiera ¿Qué más podía pedir?
Un dragón no pide nunca nada,
no sabe pedir, ni necesita hacerlo.
Sólo goza, a eso vino
y para eso vive aunque no sea
de este mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario