(Epifanio Weber)
El especismo es un humanismo.
El humanismo es un especismo:
Dos caras del mismo espejo.
El especismo es un espejismo.
Entre los espejismos, algunos
son más calificados:
El espejo invierte, como nosotros,
la única especie capaz de producir
inversiones, productivas o no
(hay otras que rinden más)
Gracias a la selección natural que
nos eligió, evolucionamos, clasificamos
y calificamos de un modo cada vez más
selectivo:
Los animales no son todos iguales.
Logramos clasificarlos según su
tamaño, velocidad, propiedades útiles
y rendimiento.
Luego, por su comportamiento más o
menos amigable y su proximidad con
nuestra especie en la escala evolutiva.
El especismo es un espejismo
sin dejar de ser un humanismo:
Como la reproducción del espejo,
que ofrece una réplica invertida,
los humanos también clasificamos
dentro de la propia especie:
Aprendimos que hay individuos más
y menos calificados para la vida, en
ambos sentidos: el productivo y el
especulativo.
Gracias al desarrollo de la especulación
teórica, sabemos que producción e
inversión son caras de la misma moneda.
Hay monedas que brillan como espejos.
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