(Manuel Lupanares)
La vida siempre atrasa
para las almas voraces.
Pasen y vean
como pacen entre los desperdicios.
La avaricia no se compra
como otros bienes, y las almas
no comparten una velocidad
crucero.
El cero no necesita a nadie
para ser metáfora:
Hay pasturas y pastores
para todos. Toda persona
es un peatón que cuida su
rebaño de metáforas.
Los pastores más voraces
siempre llegan tarde, por lo que
suelen eludir las citas.
Pero pueden volver a ser citados
sin alterar velocidades comparables
a la voracidad del mundo.
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