(Wilmar Bordenave)
No salgo de mi asombro
¿Para qué salir?
Casi siempre se sale sólo
para volver a entrar:
Ya me pasó.
No hay mucho que esperar
de un verbo infinitivo como éste.
No tengo expectativas, pero
espero que sí: Para esperar que no
es mejor no esperar nada.
Ahora organizo mis escrúpulos
históricos en pequeños cubículos
simétricos en lo posible.
Salvo error u omisión, sólo se sale
de lo previsto por algún accidente:
Hay bastante muerte accidental en
occidente, algunas más útiles que
otras:
Es difícil establecer con precisión
la utilidad de la muerte, tanto como
de la vida.
No tengo demasiados motivos para
creer en la simetría: Nuestro mundo
se funda en relaciones asimétricas, y
no sabemos qué hubiéramos sido
sin ellas.
Pero en algo hay que creer,
para encontrar una salida
y poder volver a entrar,
del modo más simétrico posible.
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