(Tomás Lovano)
El ascomiceto no conoce el asco.
Yo sí, no soy un hongo, aunque
como hongos, reconozco.
No sé mucho de hongos, no creo
que sea necesario para el desarrollo
normal de la vida cotidiana y sus
funciones conocidas, como tampoco
para la evolución natural que observa
una conducta sana.
La producción de conocimiento
no se detiene. No es necesario ir
al campo ni familiarizarse con el
cultivo de hongos.
Es probable que ellos no nos necesiten
y sigan brotando, floreciendo y creciendo
sin asco.
El ascomiceto no conoce el asco
y sus parientes tampoco.
No hace falta saber mucho
de hongos, para entender que el asco
es una conquista humana, como todo.
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