(Asensio Escalante)
Pasaba el vendedor de globos
mientras se me caía el último
diente.
La ley de gravedad funciona,
es rigurosa: todo cae por su
propio peso.
Sólo los globos pueden elevarse
y perderse en el cielo. Nadie sabe
qué será de ellos, pero un globo
perdido al elevarse no es algo
relevante. No afecta la economía,
hay muchos.
La globalización se expande
hacia el cielo, que no tiene techo.
Los dientes tampoco van al cielo,
se desentienden de su función
orgánica y de los cuerpos, pero
mantienen su condición de materia
orgánica: Podemos compostarlos.
El desdentado integral, o estructural
puede disponer de implantes,
o en su defecto, acceder a una prótesis
acrílica, más económica.
O en su defecto, volver a la lactancia.
Todo vuelve: el vendedor ambulante
o corredor de globos, volverá a pasar.
Sólo los globos van al cielo,
no son compostables.
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