(Epifanio Weber)
Abandoné mi curso délfico
para plantar bandera; algo
hay que plantar para las
generaciones venideras.
Planté varias, a lo largo de
la vida; en tierras cultas e
incultas.
Una bandera bien plantada
no necesita ningún mantenimiento.
Ante el desbande de los ciclos
de inspiración, transpiración y conspiración
autocontrolada contra la producción de
aspiraciones desmesuradas, era necesario
adoptar una medida; había muchas.
Había que replantearlo todo, algo excesivo
para alguien bien plantado, con firmes
convicciones pero poco tiempo.
Abandonar algo, genera un sinfín
de oportunidades para emprender
otros abandonos con proyección
de futuro:
En un futuro, habremos de abandonar todo.
Todas las banderas plantadas
cumplieron su ciclo, como es natural.
No me rendí, adopté esta otra:
polícroma y apócrifa, desplegable y plegable,
desmontable, remontable, reciclable
y completamente degradable.
Está bien plantada, ahora estoy
optimizando sus aplicaciones,
con vistas al futuro:
Una bandera que no se actualiza
no tiene futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario