(Remigio Remington)
Hay que terminar con los anacronismos,
no nos representan: son algo impropio
de la voluntad evolutiva que nos anima
cuya esencia yace en nuestros genes
altamente diferenciados.
Gracias a ellos, pudimos erigirnos por
sobre todas las especies que no fueron
capaces de esforzarse, progresar y
adaptarse a los sucesivos desafíos que
propone este mundo, en continua evolución.
No queremos volver al pasado.
No queremos saber nada con todo aquello
que dejamos atrás para llegar aquí:
Una historia dudosa, sin mayúsculas;
una historia abyecta, pletórica de sangre
derramada en vano, donde la violencia y
la codicia siempre han logrado imponerse
e imponer sus condiciones.
No hay nada que merezca ser rescatado
de ahí, o casi nada. El revisionismo es
un esfuerzo inútil.
Lo más sensato es avanzar hacia adelante
abandonando el lastre que redunda en tal
pesada carga.
Avanzar en el cultivo de la memoria
selectiva, y olvidar ese pasado ominoso
al que no le debemos nada, o casi nada.
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