(Pascual Rambler)
¿A cuánto cotiza
el kilo humano vivo?
Le pregunté a un
picahueso, que atendía una
picadora de carne en
su tiempo muerto (nadie
vive de un solo
trabajo)
Espérese,
compañero, para poder contestar
tengo que procesar
toda la información primero.
Pica que pica el
picahueso, pica que pica
sin dejar de picar
me dijo en un repique:
No se ilusione ni se
emocione, compañero;
no se aferre ni se
aquerencie al algoritmo,
no se adocene al
guarismo: los números son
una lotería. Sepa
que todo resultado es provisorio
y estamos sujetos a
la evanescencia de los mercados.
Entiendo, compañero,
la cifra es sólo una referencia.
No necesitamos
muchas referencias, véase:
Ud. espera una
respuesta probablemente inútil,
yo pico y repico,
recabo información actualizada
cuya vigencia es tan
efímera como evanescente.
Vea esta nube, ahí
está todo: el agua se evapora, se
condensa para volver
a caer como agua. No
importa la altura
alcanzada ¿A quién le importa?
Somos mayormente
agua, compañero...
No entiendo.
No hay que entender,
sólo incorporar y emitir.
La nube sabe lo que
hace, se recicla: un ciclo que
se repite, la
repetición es la forma más segura de
reproducción; dar y
recibir, en un sentido u otro.
¿Cuántos son?
En esencia, dos: el
sentido reproductivo y el sentido
productivo,
mantienen relaciones íntimas, comparten
una necesidad
recíproca, dependen entre sí y ambos
tributan al sentido
de utilidad, que mueve el mundo
y agita los
mercados, compañero.
¿Es esa la utilidad
de los agitadores?
No parece, esos
movimientos suelen resultar bastante
inútiles. El único
movimiento que goza de algún
interés y por eso
se mantiene, es el que produce el libre
juego de la oferta y
la demanda. Esto surge de la tensión
vital entre los que
se asumen dadores y quienes se perciben
receptores, un juego
tan absurdo como inútil: Todos somos
dadores y
receptores, no hay un metabolismo soberano.
No es una visión
muy positiva la suya…
No crea, esos
vaivenes contienen y reflejan, en
esencia, todo el
sentido significado en la actividad
humana. Hay un goce
propio del movimiento, que
luego tiende al
reposo. Hay que asumir: todos los
goces humanos son
banales e inútiles, como sus juegos.
No me haga picar y
repetir en vano, compañero…
¿Por qué repite
siempre compañero, compañero?
Algo hay que
repetir, estamos para eso; la vida son
ciclos que se
repiten y todos somos producto de una
reproducción ajena,
como todos somos parte de algún
mercado, quiérase o
no…
Entiendo…
No, no estaría
entendiendo, compañero: Esta consulta
tiene un precio.
¿Y la respuesta?
Es sencillo, tiene
que pagar primero, compañero.
No tengo sencillo…
No importa, ahora
tampoco tengo señal, compañero.
Vuelva al pago e
intente más tarde. Aceptamos todas
las tarjetas.