(Dudamel Rambler)
Nada es lo que parece:
dijo un ciego, que además
era sabio.
No hace falta ser ciego
para tener una visión objetiva,
ni para ser sabio.
Se sabe poco de los sabios,
pero es sabido que los hay:
como que hay dios.
Dios no es lo que parece,
tampoco lo contrario:
no sabemos bien qué es
ni cómo es.
Nada es del todo negativo
ni lo inverso: Hay que poder
ver la otra mitad del vaso,
descubrir la otra cara del horizonte:
todo lo visible oculta una parte de
lo que es. No sabemos cuánto es,
aunque sospechamos que no estamos
solos.
II
Hay quien combate la soledad
como si fuera el enemigo:
se angustian ante esta condición
natural del alma humana. Incapaces
de disfrutarla, la combaten a cualquier
precio (No creen que sea peor estar
mal acompañado)
“Toda certeza proviene de la angustia”
Esta sola frase bastaría para cambiar
de actitud y celebrar la angustia:
Ella proveerá una certeza, no es poco
en este mundo incierto.
La certeza: Sé que no quiero estar solo.
III
Aún así, concediendo a la soledad
el lugar del enemigo, tampoco es para
angustiarse: No todo es lo que parece.
Y el enemigo interno puede ser también
una compañía, acaso no la mejor
ni la más deseada, pero es cuestión
de negociar. Siempre es mejor
apostar a la salida negociada.
De lo contrario, podemos arribar
a un aislamiento irreversible
y una soledad innegociable.
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