(Onésimo Evans)
No recuerdo cuando me hice abstemio.
Tampoco recuerdo haberlo decidido,
hay cosas que se deciden sin que uno
intervenga ni lo perciba:
La voluntad suele ser ajena
a muchas decisiones que se toman.
No tomo, no soy de tomar muchas,
casi que no recuerdo haber tomado
alguna. No puedo precisar, pero algo
habré tomado:
Todos tomamos y damos a tomar
sin necesidad de tener conciencia
(la conciencia no puede estar en todo)
Las decisiones se maduran, o no, según
las circunstancias y según el tomador
(ya sea consuetudinario u ocasional)
con distinto resultado.
A menudo, no son lo que se esperaba
al tomar y no suele haber retorno.
No recuerdo haber decidido no tomar
o dejar de hacerlo.
La conciencia declina en el tiempo,
tal vez una parte mía se aburrió de
tomar sin resultados excitantes ni
interesantes; el interés siempre se
pierde, más allá de la voluntad, que
también se pierde.
No es para lamentarse: es auspicioso
contemplar que no todo está tomado
por la conciencia, lo que resultaría
aburrido.
Las decisiones pueden esperar,
o tal vez no, es mejor abstenerse:
para lo que se puede decidir…
Soy abstemio.
No recuerdo cuando me hice,
tampoco recuerdo haberlo decidido
(La memoria declina en el tiempo,
la astenia la ayuda)
No hay motivos para estar orgulloso
de lo que no se decidió, como tampoco
de lo contrario.
Nadie es lo que hace, no tengo dudas.
No sé si soy abstemio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario