(Amílcar Ámbanos)
Palpito y palpo pulpas paralelas
como pulpo insolvente
al ojo del oyente creyente
el eco de un parpar ajeno
desde mi condición impar
sin otra culpa.
Cuento los pulsos y los pasos
que no doy sin detenerme
mas que para un ajuste de cuentas.
Siempre hay algo que ajustar:
Hay plazos, lapsos, vencimientos
y secuencias encadenadas que se
ajustan hasta arribar al colapso
terminal o peor aún: al pleonasmo.
El discurso rítmico conserva
las funciones y preserva los desvíos
propios del discurso patológico
(Hay nuevas aplicaciones disponibles
para desarrollar los recursos provenientes
de residuos patológicos)
Hay tentáculos que tientan el vacío,
pseudópodos de dios de libre
circulación que ofrecen sus tentaciones
al incauto.
Podría ser más auténtico
pero no tengo auto.
No permitas que nadie incaute
tu alma única a cambio de un señuelo:
Suéñalo tu mismo en salvaguarda
de tu alma soberana y sus miembros,
abraza el ritmo armado con uñas
y tentáculos nativos de tu propio
cultivo y disfruta sin límite este
pesudópodo poético.
Los cuerpos se desplazan, se inclinan
y perecen mientras el pulpo vacila
a pata ancha a una velocidad
distinta de cero.
Octópodos hay otros, pero no responden
a las consignas y se mantienen ajenos
a esta causa:
Dale tu mano al pulpo,
dale que te hará bien.
Un pulpo bien dotado es capaz
de abrazar cualquier causa.
Vuelvo a maniobrar sin éxito
como quien vuelve a ser manipulado
sin consentimiento: El sentimiento
no importa. Todo él declina hacia
el miembro, único, unigénito que todo
lo transforma y nos devuelve a lo
impalpable.
Vengo del lupanar y estoy en éxtasis,
más que conforme con mi nueva prótesis.
Luego pasé por la pulpería
a adorar a la pulpera, rubia y pulposa
que nunca será mía:
La propiedad es pura ilusión,
los cuerpos que emiten ilusiones
y se aferran con uñas y tentáculos
terminan mal, como cualquier mortal.
Pero el pseudópodo divino
progresa entre los pulsos
que miden el sentido como dios manda
desde su aguantadero superior.
Cuento los pasos que no doy,
oigo el impar parpar del papemor.
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