(Aparicio Custom)
Muchacho, que porque la suerte quiso
comés bife de chorizo, cuando otros
raspan la olla.
Ella ya te olvidó, allá ella
¿A quién le importa?
Hay buena disposición: disponés
de un capital para vicios y placeres.
Hay vicios más populares, cada cual
es dueño y despunta lo que puede.
Popular nunca fue un verbo, y como
adjetivo fue perdiendo popularidad:
Ya no es lo que era.
El lenguaje evoluciona a cada minuto
("cada minuto es un minuto menos" cantaba
un trío popular en su minuto de gloria, todas
las lenguas tienen los días contados)
Evoluciona, incorpora y descarta, tiene
su propio metabolismo como todo
organismo vivo.
II
Los poetas populares, son parte
del pasado. Nadie quiere volver
al pasado, ni los poetas del campo
popular.
Ni el campo es lo que era, aunque nunca
fue nuestro a pesar de Girondo, ahora no
es saludable y tampoco es natural.
El campesinado colapsó con la ayuda de
la ciencia y tuvo que reconvertirse.
Ya no hay cultura ni sentimientos populares,
todo eso lo devoró el populismo: un artificio
retórico que se empoderó con la transgénesis
y las nuevas tecnologías que permiten
manipular genes y conciencias.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los
mismos, sumamos experiencia y aprendimos
a descartar ciertas palabras que no suman.
Lo único popular que logró sobrevivir
son las ollas populares, no hay mucho
más que raspar.
Podemos cultivar la nostalgia todavía
y poner un buen tango en el combinado:
La muchachada de a bordo, por ejemplo.
Seguí comiendo, muchacho,
que para eso tenés boca.
Dejá que hable la gilada
y no te olvides: el pueblo
nunca se equivoca.
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