(Encarnación Segura)
Sabía que podía fracasar,
pero nunca perdí la fe.
No es un milagro, la fe,
pero puede hacerlos; doy fe:
Enterré un escarbadientes,
en el sentido correcto
y lo cuidé como a un hijo
o un esqueje.
Luego esperé, tuve paciencia,
y un buen día enraizó.
Una cuestión de fe, ella puede
echar raíces en cualquier parte
y hacer que todo brote.
Hay que tener paciencia y no perder
la fe.
Hay que tener fe y no perder
la paciencia.
Hay que tener fe en la paciencia:
No hay cultivo posible sin paciencia,
el cultivo de la paciencia siempre da
frutos, aún cuando no sean los esperados.
Oye legionario, escucha feligrés
autónomo o inscripto:
¿Hace milagros la fe?
No sé, habrá que ver, estar atento y
disponible. Los caminos de la fe
son infinitos: Cada uno es libre de
elegir y cultivar la suya.
Sin necesidad de confesar, ni compartir,
ni esperar que otros compartan, la nuestra
ni la suya o de terceros.
La fe es lo único que no puede ser
tercerizado: esta sola certeza justifica
su cultivo.
Luego, con paciencia, tal vez podamos
alcanzar la trascendencia.
Antes esperaba, ahora lo sé:
No voy a compartir el secreto de esta fe,
sólo diré que a mi me funcionó:
Planté un escarbadientes y enraizó,
está creciendo saludable y espero con
paciencia cosechar sus frutos:
No los conozco, pero puedo esperar.
Siempre hay algo que esperar.
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