(Aparicio Custom)
Mi percepción puede ser excesiva,
pero no es la única:
No hay un sentido preciso y unánime
del exceso, y su acceso es simple y
directo en relación a otros sentidos.
Hay cientos de sentidos, arriesgar una
cifra sería excesivo. Los más populares
son los de acceso directo, como el tan
mentado sentido común, que nos permite
comunicarnos, aunque emitamos palabras
sin sentido:
Esto resulta improbable, el sentido ya fue
producido y su existencia es, en parte,
ajena a la voluntad del emisor, que lo
reproduce cada vez que emite esa palabra.
Cada una posee más de un sentido, y al
articularlas dan lugar a otros, para que nos
entendamos:
Este equívoco, que podría parecer excesivo,
es la condición natural del lenguaje, que no
es algo natural aunque sea una creación animal.
Entre los animales excesivos, se encuentra
el poeta, que produce sentido con los medios
comunes de uso público, pero de otro modo.
Sus recursos varían entre sujetos, pero suelen
servirse de ese equívoco constitutivo del
lenguaje, poniéndolo en tensión hasta unos
límites, que pueden resultar excesivos.
Poetas o aspirantes, estamos hechos de excesos;
somos organismos complejos, seres compuestos
que no conocen sus propios límites, y nunca
dejaron de buscarlos.
El discurso poético, es una anomalía del sistema
que nos comunica, su utilidad esencial y los modos
de producir sentido.
El exceso de sentido es considerado también un
rasgo patológico, conocido somo significosis.
¿Te resultó útil este poema pedagógico?
No, claro, ésto no es un poema,
aunque tampoco es algo tan distinto:
Según cómo se lo lea, podría aspirar a serlo,
con intentar no se pierde nada. Hasta aquí
llegó, extenderse más sería excesivo.
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