(Encarnación Segura)
El revés de la embestida
no alteró el curso de la Historia
en pleno retroceso.
Somos eso:
el reflejo de la espada que brilló
al caer, como la noche cae
e inunda nuestros nichos.
La violencia completada, acumulada,
puede ser renegociada para cobrar
sentido, a cuenta de las víctimas
que pueblan con éxito la historia.
El amor retrocedió, pero el deseo
no agoniza en su perímetro
de carne muerta.
Un exceso de protagonismo malhabido
viene habitando las conciencias elegidas,
que abrevan en el brillo del pasado, con
sus glorias tan dudosas como banderas
neutras, incoloras, transparentes, que
se observan declinando, desde el envés
de la embestida:
Somos eso, primero fuimos bestias,
no lo olvides.
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