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lunes, 30 de junio de 2025

Riesgos del poeta confesional

 

(Elpidio Lamela) 

 

Hablemos de mi,

sugirió el poema confesional.


Lo siento, no está bien visto

que el poema verse sobre sí,

eso no interesa a nadie. El

público busca emociones que

pueda compartir: La intimidad

del poema no emociona a nadie.


Perdón, pero un poema es mucho

más que emoción: contenemos

imágenes, metáforas, ritmo,

filosofía, crítica, cosmogonías,

amén de un sinfín de recursos

poéticos que no voy a enumerar.


Sí, claro ¿Y quién cree que va a

sufrir o gozar con eso?


La vida no es sólo sufrimiento y goce,

se puede pensar…


Primero hay que saber sufrir, después…


Ahí está: la asociación, la cita, paráfrasis,

paronomasia, todos recursos parasitarios.

Hablemos de mi, mejor.


Lo siento, creo que hay un error de

interpretación: Se debe entender, que en

el poema confesional, el que se confiesa

es el autor, no el poema.


¿Y qué va a confesar? Con todo respeto,

cero que lo mio es más interesante.


Puede ser, es difícil establecerlo, pero debo

confesar que me atrae más hablar de mi,

que vengo a ser el protagonista, además

del autor. Así que vamos a hablar de mi,

que para eso estoy. Lo otro, se lo dejo a

los que saben: Un poeta confesional que se

precie, no puede andar haciendo concesiones.


 

sábado, 28 de junio de 2025

Tu vocación te espera

 

(Senecio Loserman)

 

Hay que ponerse al servicio

de la vocación, desde el primer

momento, y disponer todos los

medios para su desarrollo.


Antes, incluso, de conocerla,

hay que estar disponible. No

importa cuál sea:


No obedecer su llamado

significaría renunciar a la felicidad

en esta vida, y podría no haber otra.


Servir a la vocación, es el primer

acto de servicio y es la única manera

de destinarse a aquello para lo que

uno podría servir, si lo hubiera.


Es también, la única manera de poder

sentirse socialmente útil, más allá de

la vocación abrazada:


El sentimiento de utilidad, nos integra

a este mundo que, como sabemos,

sólo busca aumentar utilidades.


Abrazada la vocación, se comprueba

que estar abrazado a algo es siempre

mejor que vacilar a merced de la

corriente.


Yo, hace muchos años que me puse

al servicio de la vocación: No dejo

de estar atento y sé que voy a encontrarla.


Al menos, ya descarté unas cuantas:

También es válido, ante la duda, tomarse

el trabajo de probar e ir descartando:


Tarde o temprano se llega, aunque sea

por descarte, a la verdadera vocación.

 

Hay quienes siguen probando, durante

toda la vida con el error y el ensayo,

hasta descubrir su verdadera vocación:

 

La vocación de cambio. 

 



 

viernes, 27 de junio de 2025

El aspirante fracasado

 

(Elpidio Lamela)

 

Un aspirante fracasado, no

tiene nada que perder, lo que

lo diferencia del perdulario

nativo, en forma provisoria.


Cuando las diferencias son

demasiado sutiles, es difícil

que muchos las perciban,

decía un poeta binario.


Buscar algún sentido en el fracaso

es perder el tiempo, algo que todos

podemos hacer, salvo que no se tenga

nada que perder, ni aspirar.


Entre los poetas, reconocidos o no,

la perfección es una aspiración casi

tan común como el reconocimiento.


Pero, por lo común no es alcanzada.

Aunque queda el beneficio de la duda:

¿Podría, el poema perfecto, serlo

sin ser reconocido como tal?


Del éxito al fracaso, hay un paso,

y el poema perfecto podría no ser

extraordinario y pasar perfectamente

inadvertido, si no le sobrara

un adjetivo:


Hay diferencias tan sutiles, que nadie

las reconoce ni detecta: lo que hace

posible la unidad del discurso poético,

se suscriba o no, como el económico,

el político y otros subsidiarios:


Nada que le importe demasiado

al perdulario: En su unidad individual

no siente que tenga nada que perder:


No valora la pérdida, ni reconoce otro

fracaso que el ajeno: una forma de rozar

la perfección.


Ésta puede ser un punto de llegada

o de partida, pero en es punto

no hay mucho que aspirar.


Lo perfecto, como lo exacto, son

condiciones ajenas a la naturaleza

humana, y al sujeto que aspira:


Como cualquier poeta o aspirante

que vuelve a fracasar y reconoce.


Hay poemas buenos y malos, algunos

extraordinarios. Pero las diferencias

suelen ser sutiles, afirmaba el poeta

binario.


 

El éxito funciona

 

 

(Cipriano W.  Cifuentes) 

 

El elector exitoso, sabe

que puede reelegir, y goza.


El éxito es tan excitante

como una buena elección.


Goza de la práctica electiva

tanto como de la repetitiva:


Sabe que puede reelegir, volver

a incurrir y repetir el error,


con mayor o menor éxito,

pero con la misma excitación.


Hay quienes distinguen el error

no forzado, del forzoso. La carga

de culpa, no sería la misma.


Pero el elector exitoso

no se reconoce: El éxito, nunca


se cuestiona, y el ganador tampoco:

Algo habrá hecho para merecerlo.


Es posible que ni reconozca el error

y vuelva a repetir:  El éxito es así


y consigue lo inimaginable ¿Cómo

no excitarse y compartir la excitación,

aprovechando las oportunidades de

la repetición?


Si hay algo que no se discute, eso

es el éxito: Los números no mienten,


aunque podrían hacerlo con éxito;

depende de la autoridad de aplicación,


legítimamente constituída,

que para eso fue elegida.


El elector exitoso se siente un ganador,

aunque sólo sea como elector,

y goza en todo su derecho.


Después se verá, si es oportuno

repetir: La excitación, no te la saca


nadie, hay cosas que no se negocian,

como el goce del éxito, obtenido

en buena ley.


Hay buenas leyes y no tanto,

pero están para ser cumplidas:


No siempre es excitante,

pero se puede reelegir:


Así funciona la democracia,

no será perfecta pero no conocemos

nada mejor, y siempre funcionó.



 

jueves, 26 de junio de 2025

Funciones del poema

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Si no presenta forma de poema,

ni respeta las consignas ¿Cómo

sabe, el lector de poemas, que está

leyendo uno?


¿Perdería su tiempo en lecturas

de naturaleza dudosa, con la misma

disposición que ante un poema

verdadero, auténtico y genuino?


Alguno, tal vez sí, dado que no todos

disponen de elementos para determinar

con precisión cuáles son las funciones

que debe observar el poema verdadero.


Sin esos recursos, es probable

que tampoco detecte si las cumple,

total o parcialmente.


Muchos, ni siquiera las conocen, aún

habiendo leído una cantidad de poemas,

incluso alguno auténtico.


Tal vez, algunas funciones se presenten

en este supuesto poema, aunque el lector

no pueda registrarlo:


Todo lo que no conocemos nos resulta

ajeno.


El poema, no es un bien enajenable

ni un objeto de valor: En eso, no hay

lugar para la duda.


Pero no es condición suficiente para

acreditar que estamos en presencia

de un auténtico poema.


Tampoco hay que confiar mucho

en lo que parece: Que revista la forma

de un poema no significa que lo sea:


Apenas, que el autor intenta persuadirnos

de que hizo un poema. No todo es lo que

parece:


Las formas son tan engañosas como los

cuerpos y las palabras que cobran cuerpo

en el poema, aunque no sea lo que dice.


Ante la duda, siempre conviene sospechar:

No podemos leer todos los pretendidos

poemas que circulan; resulta imperioso

ser selectivo.


El verdadero poema, no vacila, ni necesita

demostrar lo que es: Incluso puede generar

alguna duda, pero no busca en forma explícita

aumentar nuestro volumen de dudas naturales

o adquiridas.


Le basta con adoptar esta forma de poema

y observar el cumplimiento de su función

primordial, para que nadie dude de lo que es.


Aún cuando el lector no lo sepa, ni se lo

pregunte.

 

miércoles, 25 de junio de 2025

No más preguntas

 

(Epifanio Weber)

 

Esta pregunta puede esperar,

está fuera de lugar y lo mejor

que puede hacer es esperar.


No responde a las condiciones

del momento histórico: No es

útil a la coyuntura del contexto

actual y a las necesidades de la

época.


Son tiempos de transición, estamos

ante un cambio de época y no están

dadas las condiciones para cambiar

otras cosas.


Hay que esperar el momento oportuno,

las condiciones favorables que hoy

no se presentan.


Las condiciones cambian, siempre lo

hicieron y siempre supimos esperar..

Adelantarse es peligroso:


Las respuestas deben suceder a las

preguntas, y hay preguntas que no

conviene formular antes de tiempo..


Ya conocimos otras oportunidades

históricas, que no fueron aprovechadas

por no saber manejar los tiempos:


Hubo quienes se adelantaron

y precipitaron la derrota. Ahora es más

difícil: las condiciones históricas son

otras y el enemigo creció.


Hay que capitalizar las experiencias

experiencias del pasado, y esperar

que se presente la ocasión propicia.


Los precipitados, nunca pudieron

cambiar el mundo. Sólo consiguieron

exacerbar las tensiones para que todo

precipitara en más y más violencia.


Sólo hay que esperar, la evolución

y el determinismo histórico harán

el resto: Ellas están de nuestro lado.


No son tiempos para preguntar mucho,

hay preguntas que pueden esperar.

 

martes, 24 de junio de 2025

Los nombres de Dios

 

(Asensio Escalante)

 

Los nombres de Dios son

infinitos. Esa es la verdadera

causa por la que no podemos

conocerlos.


Sólo manejamos algunos,

que son falsos: La verdad,

nos es ajena como el infinito.


Para ser justos, Él tiene tantos

heterónimos como fieles y hasta

podrían ser más, si lo deseara.


No sabemos cuántos son,

ni lo que se cifra en el nombre

verdadero:


Él lo dispuso así, y ha de ser justo.

Un Ser Superior no necesita

un nombre para ser nombrado y

temido por lo que significa.


Él es el que Es, como dijo una vez,

y no tiene voluntad de compartir

su ortónimo:


Dios es amor, pero odia ser nombrado

en vano.


 

lunes, 23 de junio de 2025

Hombría de bien

 

(Florencio Cusenier)

 

Sujetos eran los de antes:

eran otros hombres más hombres

que éstos, los nuestros.


Y las mujeres… De las mujeres

mejor no hay que hablar: ellas son

de hablar bastante mas que nosotros,

ni hablar de aquellos hombres más

hombres:


Si bien se reconocía como sujeto

hablante, desante y colindante, ese

hombre era parco y recio, reacio a

hablar de más pero capaz de no alzar

la voz y de jugarse la vida.


Era dado al juego, sí, pero no arrugaba

y no sabía recular. Si hablaba, era para

decir algo; no lo ibas a ver hablando de

más.


No, aunque hubiera tomado de más, cosa

que solía, no andaba tomando la palabra

porque sí, como una mujer o un marica.


Salvo que fuera para obligar, en un

sentido amplio y viril: El hombre también

necesita compartir, a veces, como cualquier

sujeto que se precie.


Más cuando tomó de más, y más cuando

toma para olvidar: Necesita que el otro se

juegue a compartir su pena y no le afloje.

Aunque el otro no tenga nada que olvidar.


Es así, o era, porque ya no quedan de esos

hombres: Lo que hoy circula son réplicas

mayormente sospechosas.


Antes era otra cosa, el mismo sujeto propio

era otro. Ese hombre no tiene amigos, no

necesita , pero recaba la solidaridad viril del

otro para poder compartir lo que necesitaba

olvidar:


Esa pena que era suya pero podría haber sido

de cualquier otro. Cosas de hombres, hombres

como aquellos que supieron tallar y hoy ya no

tallan, sin entrar en detalles.


Después, cada uno enfilaba para su casa

y todo se olvidaba, como tenía que ser.

Que para eso está el sujeto, macho

o hembra o no binarie.

 

domingo, 22 de junio de 2025

Un momento de gloria

 

(Nicasio Uranio)

 

Le gustaba jugar por el medio

como volante mixto o polifuncional.


No tenía las características de central,

raspaba un poco pero no tenía la marca

de un cinco.


Tampoco era un creativo, un armador,

y no participaba del juego asociado. 


Lo suyo pasaba por la simetría: estaba

siempre tan lejos de los atacantes

como de los defensores.


Defendía su posición, ahí en el medio:

El mejor lugar para leer el partido con

un panorama completo y ver pasar el

esférico en un sentido u otro.


Son pocas las pelotas que no pasan por

el medio. Esa ubicación, aumentaba sus

chances de entrar en contacto con el útil,


casi siempre en forma azarosa, ya que

sus compañeros no solían pasársela por

voluntad propia:


No confiaban mucho en sus dotes técnicas,

ni en su capacidad de decisión y sólo lo

abastecían cuando no tenían otra alternativa

de pase y se veían exigidos por una marca

pegajosa.


Su personalidad tampoco lo ayudaba

a generar confianza: Al carecer de voz

de mando y capacidad de liderazgo, solía

pasar inadvertido para propios y extraños,

manteniéndose en un plano secundario.


Sólo en una ocasión mostró algo distinto:

Fue en una tarde única, o una noche inolvidable:


En un ataque de inspiración, dominando un

balón proveniente de un error ajeno, ante una

marca vacilante que esperaba el pase cantado

al compañero que trepaba solo por el lateral,


amagó el pase y se mandó para adelante,

armando una jugada descomunal que sorprendió

a todos, para dejarle el gol servido al compañero:


No era egoísta, o bien conocía sus limitaciones.



Ese día inolvidable, esa noche, con esa sola jugada

trepó a la gloria recibiendo el reconocimiento

unánime de todos los compañeros, e incluso del

público, que le había sido tan esquivo.


Hay cosas que pasan cuando tienen que pasar,

a veces una sola vez en la vida; hay que disfrutarlo.

Después, hay que mantenerse y claro, es más difícil.


La gloria no dura mucho, sobre todo sin vocación de

líder y sin ayuda de las circunstancias: Ahí es cuando

hay que saber manejar los tiempos.



 

viernes, 20 de junio de 2025

El perdón selectivo

 

(Cipriano W.Cifuentes)

 

Perdonar es divino,

por eso a nosotros nos cuesta:

Hay cosas que no se perdonan.


Para eso está Dios, que todo lo

perdona porque está en un plano

más elevado.


Entre nosotros, lo único que se

eleva con naturalidad, es el costo

de la vida.


Así lo habrá dispuesto Dios,

o al menos hace la vista gorda y

perdona a los culpables.


Nosotros también los venimos

perdonando, en eso nos parecemos

a Él, que todo lo perdona.


Sabemos que son siempre los mismos

y sabemos quienes son, pero los

perdonamos.   Después de todo, son

parte del rebaño, también.


Confiamos en la Justicia Divina, ella

sabrá juzgarlos. A los que no podemos

perdonar, es a los que se apartan del

rebaño.


Hay cosas que no se perdonan.

 

El pez y la metáfora

 

(Encarnación Segura)

 

Los peces no son lo que parecen:

No se trata sólo de un volumen

de cuerpos animados que abultan

nuestras aguas y se comen entre sí.


Como nosotros, tienen ojos, boca, sexo,

esfínteres y carecen de exoesqueleto.

Algunos son tan sociales como nosotros.


Pero más allá de semejanzas y diferencias

los peces son una perfecta metáfora de la

vida: Son dinámicos, fluyen y se nos escapan

de las manos al querer asirlos.


Resbaladizos, van y vienen con un sentido

que nos es ajeno. Pueden nadar contra la

corriente, aunque sólo cuando están vivos.


No los conocemos mucho, pero sabemos

saborearlos y aprovechar sus nutrientes.


La diferencia entre pez y pescado, es la

única que nos importa: Resulta esencial

para el consumo, como todo participio pasado.


El pasado es como el mar, un océano mucho

más antiguo que nosotros. Acaso hayan sido

los peces la primera expresión de vida, más

o menos significativa.


Se presume que después de demorarse un tiempo

en su juego creativo con bacterias, bacilos y toda

esa fauna menor, Dios concibió a los peces,

para poblar tanto volumen de agua ociosa, y

emprender su proyecto evolutivo y amoroso.


Luego, vio que era bueno

y dispuso su multiplicación para que todo

fluyera según el Plan Divino.


No es casual que, más tarde, mostrara una

particular afición por los pescadores:


No sólo es uno de los oficios más antiguos

del hombre, sino que tiene un significado especial:


La pesca y la fe, son inseparables, siendo aquella

el primer acto de fe que se conoce. 

 

Todas las formas de pesca practicadas  a lo

largo de la Historia, incluso antes de la conquista

de la palabra conciencia, expresan el poder de la

fe.


De otro modo, es impensable que alguien arrojara

algo al agua, como una red o una humilde tanza

con un señuelo, esperando algo incierto, y

destinando un tiempo, también incierto, a esa

 

actividad dudosa, pudiendo aprovecharlo para

algo más útil, como ir por una presa terrestre,

entre las tantas que el Creador puso a nuestra

disposición..


La fe es la única respuesta: Para cazar, no hace falta

el concurso de la fe; basta con un poco de astucia.

 

Pescar, es un acto de fe: Ambas mantienen una

necesidad recíproca, creemos.

 

No compartas tus pecados con prójimos necesitados,

enséñale a pescar los suyos.  


 

jueves, 19 de junio de 2025

A la distancia

 

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Salvando las distancias,

un día como hoy hace siete

años, o catorce, escribí un

poema como éste.


Puede que parezca igual,

perro no es el mismo, como

tampoco yo, ni el hipotético

lector lo somos.


También la realidad es otra,

ahora podría cambiar unas palabras,

pero no ganaría mucho:


Las palabras siguen siendo las

mismas, sólo ha cambiado nuestra

relación con ellas, por no ser los

mismos.


Las palabras no tienen por qué cambiar.

Hace mucho que las adoptamos como

medio para relacionarnos entre nosotros

y poder comerciar.


Cualquier palabra de las que usamos a

diario, ya ha sido reproducida millones

de veces, sin alterarse.


Salvando las distancias, nadie es ajeno

a la reproducción:


El poema lo demuestra, no siendo

el mismo, ni lo opuesto: La diferencia

entre repetición y reproducción

se llama evolución.

 

miércoles, 18 de junio de 2025

Recursos defensivos: El ataque preventivo

 

(Serafín Cuesta)

 

Un ataque preventivo,

ya hubo otros: una fórmula

que se repite.


Las fórmulas son para repetir

cuando son exitosas, tanto en

la práctica teórica como en la

función retórica.


(Esta estrofa podría repetirse)


Otro ataque preventivo:

Hay que saber comunicar, para

evitar equívocos y que no se

malinteprete:


Parece un ataque, pero es un acto

defensivo, para prevenir algo peor

como una guerra abierta y declarada.


La mejor defensa es un buen ataque,

decía un filósofo popular.


Es mejor prevenir:


El ataque preventivo, no es más que

una acción quirúrgica, dirigida a

disuadir al enemigo de cualquier

acción bélica.


Eso se logra anulando o reduciendo

sensiblemente su capacidad ofensiva

con una operación quirúrgica:


Hay cosas que sólo se entienden por la

fuerza. El enemigo debe entender que

la violencia no es solución, y nada la

justifica.


Si todas nuestras diferencias y los conflictos

entre estados fueran a dirimirse por el uso

de la violencia, el mundo nunca tendría paz

y no habría desarrollo, más que el de la

industria bélica.


II

Hay que saber comunicar: Los recursos

retóricos son esenciales para que nadie

malinterprete y el mundo acepte:


Los ataques preventivos no son lo que

parecen. Por el contrario, son sólo un

recurso defensivo para evitar riesgos

mayores y minimizar el número de

víctimas.  


Las víctimas siempre fueron necesarias,

todo tiene un costo, y la paz no es una

excepción:  Hay que defenderla.


Los ataques preventivos, siempre

funcionaron como fórmula repetible.

No sabemos cuál será el ultimo.


Pero los atacantes, en su legítimo

derecho a defenderse, aseguran que

después, el mundo será un lugar más

seguro.


Por ahora, debemos estar a la defensiva,

es lo más seguro: Algún día, no habrá

nada que temer, ni ningún enemigo de

quien defenderse:


El mundo será, por fin, un lugar seguro,

como un cementerio.



 

Descomposición: Nuevos aportes

 

 

(Hildebrando Sábilo)

 

La descomposición es un recurso

defensivo de la naturaleza,

a la vez que del sistema binario.


Quien no lo entienda así,

nunca entenderá que el conocimiento

es el recurso que nos ha dado Dios

para vencer al miedo:


Salvo el temor a Dios, sólo se teme 

lo que no se conoce.


La descomposición es un recurso

natural para la supervivencia

de los sistemas binarios  (Que fueron

uno, alguna vez, antes de descomponerse)


La descomposición es, además,

un sacramento: se la reconoce

creación divina.


Sin descomposición no hay reproducción,

el resto es aleatorio o secundario: 

Todos somos parte del sistema binario.


Quien no lo entienda, nunca entenderá

la diferencia entre víctimas y victimarios.

 

martes, 17 de junio de 2025

Ritmo y respiración asistida

 

(Nicasio Uranio)

 

Ama tu ritmo:

Observa la respiración


de tu algoritmo, únete

al movimiento acompasado


que te sigue como un perro:

Con sólo adoptarlo será tuyo.


Él te refleja y te protege.

Sólo Él te reconoce, en todas

tus virtudes y defectos.


No defecciones ni lo decepciones,

nadie te conoce como Él.


No le sueltes la mano:

Él no lo haría, sabe valorarte

mejor que cualquiera, incluso que

ti mismo.


Confía, es lo único seguro:

No le preguntes por qué hace

lo que hace, no sólo lo hace por ti,

sino que lo hace para ti.


Habla tu mismo idioma, sólo que

puede hacerlo mejor que tú.

¿Quién más crees que podría?


¿Qué importan los demás?

Tu algoritmo no los necesita:

Ama su ritmo que ya es tuyo.


El algoritmo se incorpora

a la vida del mortal como

algo natural: es tu verdadero

ángel de la guarda.


Fuera de eso, todo lo que respira

es sospechoso.

 

sábado, 14 de junio de 2025

Poema de falsa bandera

 

(Serafín Cuesta)

 

El mundo esrá plagado de moléculas,

metáforas e hipálages espurias 

que circulan, junto a las impurezas

esenciales que el consumo necesita.


Como es de público conocimiento,

el público necesita consumir

y todo lo consume.


Nadie desespera por metáforas

impuras u otras externalidades

de bajo impacto o menos.


Como consumidores y contribuyentes

no podemos estar atentos a todos

los excesos.


La emisión de impurezas es parte de la

normalidad, que es lo único que hay que

preservar.


Nadie desespera por saber que hay

víctimas de genocidios lejanos

¿Es una novedad? ¿Acaso no hubo otros?


El mundo está compuesto de materia

oscura, efluentes tóxicos, hipálages espurias

y metáforas impuras que circulan.


No hay violencia que bien explicada

y comunicada, no sea aceptada por

contribuyentes y suscriptores como recurso

natural de la evolución:


Ya pasó antes, y la evolución nunca se

detuvo.


La comunicación ha evolucionado

casi tanto como la industria bélica,

y dispone de recursos de diseño

altamente desarrollados para producir


un discurso funcional.

 

jueves, 12 de junio de 2025

Excesos peligrosos

 

(Antístenes Oquendo)

 

Entre los conocidos, no sobresale

el exceso de pureza como prurito,


pero sus consecuencias no son menores

a las de otros excesos que solemos

compartir.


Del mismo modo, hay conductas excesivas

que producen efectos contrarios a los que

se deseaban: Es difícil negarse a compartir

excesos, sean propios o ajenos.


(Tampoco hay que excederse en esta clase

de reconocimientos: No es tarea sencilla

establecer los orígene del exceso)


Es difícil negarse, decir no, es siempre más

trabajoso que aceptar.


Así, hay quienes se encierran o se aislan

procurando evitar compartir estos excesos.

Una conducta excesiva, con resultados

lamentables, como casi todos los excesos.


Llevado al extremo, el deseo de pureza

nos separaría, no sólo de nuestros semejantes o

sospechosos de serlo, sino del mundo sensible

en su conjunto y, acaso algo peor, del orden

simbólico.


No hay deseo puro, ni discurso: Ni siquiera

existe la poesía pura, o libre de impurezas.


La misma búsqueda de pureza, impulsada por

el deseo excesivo, lleva al sujeto deseante a

promover y celebrar la reproducción sin control

de sus glóbulos blancos:


Reconoce en el blanco el grado cero de lo puro,

y acaba convirtiéndose en un descomunal leucocito,

(salvando la contradicción con el diminutivo)

el blanco perfecto de su propio exceso:

Un anticuerpo.

 

 


miércoles, 11 de junio de 2025

Poema para ser leído por encima

 

(William Arsenio Pereyra) 

 

Un poema puede despertar interés

como despertar sospechas. A veces

se confunden, y otras, no despiertan

nada.


Depende de dos cosas: Del poema,

y de la forma en que se lea, así como

del momento:


Hay una disonancia cronológica; el

mismo poema leído a los 20 años, es

otro a los 60 y otro a los 90, y así...


Los intereses cambiaron, no leemos lo

mismo, ni lo hacemos igual. Nunca

fuimos los mismos, pero al poema no

le interesa:


Se mantiene ajeno a los cambios, y no

va a cambiar:  Sabe que no puede 

cambiar nada.


Por encima del poema, está el lector,

plural, disperso, indefinido, inacabado

en sus distintas lecturas.


¿Es materia muerta el poema?

¿O es sólo materia en estado de reposo

que se activa con la lectura adecuada?


En principio, es materia. ¿Hay una lectura

adecuada, además de la mia?


¿Cómo determinar si lo estamos leyendo

en la forma correcta, para extraerle todo

su valor y aprovecharlo?


¿Puede una lectura calificada altamente

agregarle valor?


¿Cuál es la sensación esencial que debería

entregarnos un poema que se precie, leído

como se debe?


¿Podría, una lectura a vuelo de pájaro, ser

más fructífera que otras, en ciertos poemas

que contienen cuervos, ruiseñores,  o aves

de corral?


Por último: Ante el fracaso funcional 

¿Hay que sospechar de la lectura, o sólo 

del poema?


Depende, puede haber otras lecturas. Pero 

un buen poema es siempre sospechoso.

 

 
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