(Elpidio Lamela)
Hablemos de mi,
sugirió el poema confesional.
Lo siento, no está bien visto
que el poema verse sobre sí,
eso no interesa a nadie. El
público busca emociones que
pueda compartir: La intimidad
del poema no emociona a nadie.
Perdón, pero un poema es mucho
más que emoción: contenemos
imágenes, metáforas, ritmo,
filosofía, crítica, cosmogonías,
amén de un sinfín de recursos
poéticos que no voy a enumerar.
Sí, claro ¿Y quién cree que va a
sufrir o gozar con eso?
La vida no es sólo sufrimiento y goce,
se puede pensar…
Primero hay que saber sufrir, después…
Ahí está: la asociación, la cita, paráfrasis,
paronomasia, todos recursos parasitarios.
Hablemos de mi, mejor.
Lo siento, creo que hay un error de
interpretación: Se debe entender, que en
el poema confesional, el que se confiesa
es el autor, no el poema.
¿Y qué va a confesar? Con todo respeto,
cero que lo mio es más interesante.
Puede ser, es difícil establecerlo, pero debo
confesar que me atrae más hablar de mi,
que vengo a ser el protagonista, además
del autor. Así que vamos a hablar de mi,
que para eso estoy. Lo otro, se lo dejo a
los que saben: Un poeta confesional que se
precie, no puede andar haciendo concesiones.