(Rogelio Rogel)
Nadie hace lo que quiere siempre,
y no siempre puede dejar de hacer
lo que no quiere.
Ahora vacilo, no sé si era lo que
deseaba. Pensé en encapsularme más,
en una ergástula ergonómica y obscura
en forma preventiva, hasta sanar hasta
osanar como los dioses.
Pero no me cerraban los números:
Hay tantas cosas que no cierran, me
consolé con esta oración, que agradecí
para elevarme como otras oraciones que
se elevan en vano.
No tenía mucho más que eso, pero todo
lo que tengo me lo gané; pensé, y ese
pensamiento me reconfortó:
Al menos, soy un alma sin deudas.
II
No quería eclipsarme más de lo correcto.
No oculto más que lo necesario: Todos
tenemos una parte que ocultar, por el bien
de todos.
¿Qué es el bien común, Monseñor?
-Es la palabra de dios, que sirve a las sanas
aspiraciones del rebaño y pacifica los espíritus.
No sé si fui claro, si fui flojo, si fui ciego
o parcialmente funcional: Hay cosas que no
podemos evitar, como morir y envejecer.
Hay un valor que permanece intacto
en la oscuridad, ajeno a las descomposiciones
sucesivas del mundo de la carne.
Solo no resiste la luz: Asuntos de la fe, que no
pueden revelarse ni ser revelados.
Yo podría, pero incurriría en una falta. Esta fe
todo lo puede y es invencible, pero incurrir
cansa (más que repetir una oración armada)
Los mortales armamos cosas para repetir, es la
única función que mantiene la ilusión.
III
Vivimos tiempos de zozobra y confusión, es
imperioso conservar la calma; urge no perder
la serenidad y mantenerse en pie: Siempre hubo
piedras en el camino, pero el camino resistió
y las piedras siguen estando en su lugar.
Habemos suficientes piedras para erigir templos
y apedrear a tantos ídolos apócrifos. Las piedras
no son justas ni injustas, son piedras. Sólo nosotros
podemos empedernirnos y emprender actos de
justicia.
Quien esté libre de piedras, que arroje el primer
pecado…
Perdón ¿el primero fue el pecado original?
-Es posible, hay cosas que no nos serán reveladas.
Debemos aceptar; los misterios de la fe son infinitos
y no son ajenos a la contradicción.
La vida, es pura contradicción: cuerpo y alma,
izquierda y derecha, defensa y ataque, dar y recibir,
vencer o morir y podría seguir…
Cuerpos opuestos por el sexo
en una continua busca de la unidad.
Una unidad que es pura ilusión.
Nadie hace lo que quiere siempre,
pero a veces puede no hacer lo que no quiere:
No es poco, luego podemos repetir e invertir
en nuevas repeticiones, para que la ilusión
se multiplique.
Gozamos de libre albedrío.
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