(Rogelio Rogel)
Estamos atravesando una crisis
de valores, que podría ser terminal
y superarnos.
Si colapsaran los valores esenciales
volveríamos a cero:
Nada conocería ningún valor
y no habría valores disponibles
en qué reconocernos.
Reinarían el caos y el descontrol, no
se puede vivir sin referencias; algo hay
que valorar: acabaríamos adoptando
cualquier valor dudoso.
Como futuro, no es nada auspicioso.
Los más cautos insisten en reciclar la
crisis, para mantenerla en valores
sustentables, sin que se profundice.
Sin embargo, desde otra perspectiva
hay quien sostiene que no es todo tan
negativo y rescatan, al menos dos
condiciones positivas de volver a cero:
Uno: A partir del grado cero, todo suma.
Dos: El cero ya lo tenemos, no hace falta
producir ni importar.
Disponemos de esos cientos de ceros que
le fuimos extrayendo a la moneda patria
y soberana, a lo largo de la Historia,
para poder reperfilar la inflación y hacerla
sustentable.
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