(Germán Singerman)
Otra semana emanada y remitida
sin justificación teórica, retórica o
empírica, sumada a los vestigios
acopiados por el orden cronológico.
Nos une el apego al vértigo, tanto
como el rechazo indeclinable
a las sombras del pasado, en la ilusión
enjuta de un presente efímero.
No estamos solos, siempre hay un
barullo que invade la materia propia
y se confunde: un presente no deseado
ni esperado.
Soy un ateo converso
con su tiempo marchito y una memoria
en bancarrota que se burla de su propia
derrota.
Al consumir el día sin ajusticiar
las últimas víctimas vacilan
ante el hecho consumado.
Los pasatiempos acumulados piden
una actualización de datos: Hay que
descartar una parte de lo inútil para
mantener la función (siempre puede
aparecer alguna utilidad)
No manejo mucha información.
Lo único seguro, es que antes había
más futuro.
Tiempo cumplido: ahora dependemos
de la suerte, y de lo que adicione el
árbitro.
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