(Florencio Cusenier)
Depuse las armas
y abandoné la posición.
Deposité en el cambio
mi vieja aspiración, y sin
medir consecuencias me dí
a la aventura de cambiar
de posición.
Mis armas ya no eran las
de antes, habían perdido
casi todo su valor y no
servían para persuadir a nadie:
Estaba persuadido.
Los cambios son inevitables
y las posiciones cambian
todo el tiempo.
Hay que adaptarse a las
nuevas condiciones, antes
que sea tarde.
Hay que adaptarse a los
cambios de época, a los cambios
de estación y a las nuevas
aplicaciones del tiempo.
No hay que temer al cambio:
es lo único que permanece, dijo
Heráclito hace tiempo.
Hay quienes insisten en que es
mejor andar armado en estos
tiempos.
Sin embargo, yo me siento más
liviano sin ese peso inútil, más
ligero y mejor dispuesto al
cambio.
Además, percibo que mejoraron
mis deposiciones, en sentido
productivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario