(Eleuterio York)
Un mar de suspiros inconsútiles
surca el aire primaveral.
La concentración de suspiros
suspendidos en la atmósfera
aumenta al avanzar la primavera.
Los polinizadores se multiplican,
no dan abasto en su tarea:
Vienen y van, airosos y fecundos,
entre suspiros malversados que vacilan
en el éter inconsútil de noviembre.
Pronto florecerán los tilos, los ciclos
se repiten mientras suspiramos
observando el paso de una oruga
que espera convertirse en mariposa.
¿O no?
No sabemos si lo espera, las orugas no
conocen su destino como para esperarlo.
Tal vez les convenga; las mariposas
duran un suspiro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario