(Manuel Santos Lupanares)
Estaba listo para esperar,
podía esperarlo todo.
Aunque no sabía qué esperar
ni sabía lo que me esperaba:
Cuando no se sabe, lo mejor
es esperar y tener paciencia.
Mi experiencia como paciente
ambulatorio era bastante vasta,
la paciencia no contradice al
movimiento: se puede esperar
sentado, o circulando libremente
alrededor de una silla de paja.
Las respuestas son siempre
las mismas.
El que sabe esperar nunca se altera
ni pregunta cuánto falta.
La ansiedad reduce la esperanza
de vida.
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