(Cipriano W. Cifuentes)
La suelta estaba resulta,
sólo había que fijar lugar
y fecha.
Hay fechas más propicias
para fijar una suelta, pero
elegir un lugar no es tarea
sencilla:
No hay mucha disponibilidad
y quedan pocos lugares sueltos.
Fuera de ahí, había consenso:
Celebrar una suelta es un hecho
auspicioso para todos.
Nadie es ajeno a esta necesidad
aún no resuelta: Hay que soltar.
Nadie lo duda ni se opone, hay
mucho que soltar: doctrinas,
mandatos y venenos, consignas
fracasadas, prospectos vencidos,
frases engañosas que ya hicieron
el daño necesario, documentos
apócrifos, poemas malversados.
Hay tanto que soltar, que cuesta
consensuar y establecer un orden.
Siempre hay algún disolvente que
aprovecha la confusión para sembrar
el caos, y medrar con las necesidades
no resueltas:
Soltemos todo, y después vemos…
Suelta alegremente.
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