(Horacio Ruminal)
Haciendas hacendosas
paciendo y hacinándose
entre sus propias heces.
Un buen abono para
cualquier teoría económica,
política o metafísica.
Las teorías se reproducen a
la misma velocidad del ocio.
Una teoría puede alimentar
cierta cantidad de pensamiento
ocioso (Si es buena, sus nutrientes
seguirán reproduciendo y engordando
amos)
Abonar es bueno,
eslabonar es mejor
para sostener la cadena de valor.
II
La paciencia de la hacienda
es prodigiosa: esperan a que llegue
su hora comiendo y defecando,
como cualquier cristiano.
Se cuentan las cabezas
antes de faenar, hay que separar:
productoras y reproductoras (el
género no importa)
El orden de la utilidad
determina la esperanza
de vida del ganado.
III
El ganado no es todo ganancia,
hay que ganárselo y saber
administrar esos recursos
(o bien, contar con un administrador
confiable)
Haciendas hacendosas
hacinándose y paciendo entre
sus propias heces.
Soy lo que hago, pensó el hacendado
(que supo leer a Kant en sus ratos de
ocio) mientras hacía números
y contaba sus cabezas para matar el
tiempo.
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