(Nicasio Uranio)
El movimiento acompasado del pan
acompaña las tareas del mundo
de los hombres, en movimiento
continuo.
El hombre no está solo en su tarea:
El movimiento acompasado de la mies
completa la movilidad del deseo
humano, que no descansa:
Como el movimiento uniforme de la
mata, aquí reproducido.
El movimiento es la esencia última
del hombre, que sigue descendiendo
del trabajo (que en perfecta relación
dialéctica lo modela, lo moldea y lo
va trabajando hasta descalificarlo)
Los nómadas lo saben, siempre lo
supieron y siguen su camino.
No todo lo plural, fue singular.
Un hombre pasa con un pan al hombro.
Hubo otros poemas que pasaron,
sagrados y profanos,
humanos como el pan:
El pan contiene su pasado
y amasa su propio movimiento.
El movimiento envolvente del desierto
en la memoria que fue pez, observa
las secuencias sucesivas en que leva
nuestro movimiento abovedado.
El pan amasa su propio movimiento,
contiene tanto impurezas, como pasado.
No hace falta mucho para cobrar cuerpo,
ser amasado, ni nacer. Nacer para
amasar o para ser amasados, son
versiones del mismo movimiento.
No hace falta mucho para observar
el movimiento acompasado
convertirse en excremento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario